ROMA, 14 abril 2003 (ZENIT.org).- El servicio que ofrece el psiquiatra no puede limitarse a recetar un fármaco, afirmaron especialistas reunidos en un congreso sobre «Bioética y psiquiatría» organizado por el Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum» de Roma.
«El uso indiscriminado, incluso en edad escolar» de psicofármacos o antidepresivos, afirmó el conocido psiquiatra italiano Dante De Santis, en el congreso celebrado entre el 10 y el 11 de abril, «plantea muchos interrogantes desde el punto de vista ético».
Al mismo tiempo, añadió, esta práctica provoca entre la gente un «aumento de las expectativas» sobre la eficacia de estos fármacos, que en algunos países, como Italia, son recetados por el médico generalista (de cabecera), denunció.
De Santis, que pidió superar la «farmacofilia», que lleva al paciente en ver en los antidepresivos un «bien de consumo», exigió al mismo tiempo evitar la «farmacofobia», que por el contrario considera que «la depresión se debe a causas externas y que se resuelve sólo con la fuerza de la voluntad».
Un «no» al «comercio» de tratamientos psiquiátricos para pacientes crónicos fue pronunciado por Lorenzo Piombo, quien explicó que el asentimiento del paciente no puede quedar reducido a «un ritual burocrático, garantía para el médico y no tanto para el enfermo».
«El significado ético del consenso –explicó el relator– no busca simplemente la adhesión a un tratamiento, sino crear una relación profunda entre el médico y el paciente».