RABOUÉ, 2 julio 2003 (ZENIT.org).- Al concluir su sínodo, celebrado por primera vez en Siria, los obispos de la Iglesia católica de rito greco-melquita han hecho un llamamiento sobre la crisis de Tierra Santa invitando a «las grandes naciones a que no ahorren ningún esfuerzo para instaurar una paz justa, global y completa» en la región.
Así se desprende del comunicado difundido al concluir los trabajos sinodales que del 17 y el 27 de junio reunieron a 30 –de los 37– obispos melquitas y 4 superiores generales de religiosos bajo la presidencia de Su Beatitud Gregorio III Laham, patriarca de Antioquía de los greco-melquitas.
Los padres sinodales se han declarado «dispuestos a hacer de nuestra Iglesia una tribuna para ayudar a los dirigentes árabes a actuar en el marco de la justicia, de la paz y del desarrollo».
Igualmente se ofrecen «para ayudar al mundo occidental a comprender el Islam y las relaciones islámico-cristianas», según recoge el martes Radio Vaticana.
La Iglesia greco-melquita, que cuenta con millón y medio de fieles esparcidos por Oriente Medio y la diáspora, está sumamente integrada en la región, hasta el punto de que el rito tradicional es en árabe.
El eje de la reunión de los obispos católicos greco-melquitas ha sido la formación humana y pastoral de los sacerdotes destinados a las parroquias.
Asimismo, los obispos han hecho propuestas para una revisión de las disposiciones de la Iglesia greco-melquita y también se ha examinado el próximo cónclave patriarcal previsto para el 2006, en vista del cual ya se han celebrado algunos encuentros en Homs, Hama y Yabroud.