DAVAO, 11 julio 2003 (ZENIT.org).- «Mi programa es el diálogo. Siempre he trabajado por la paz y la reconciliación en Mindanao y seguiré haciéndolo», afirmó el arzobispo de Davao –localidad en la isla de Mindanao, donde permanece activa la guerrilla separatista— y nuevo presidente del episcopado de Filipinas.
Monseñor Fernando Capalla fue elegido durante la Asamblea de los obispos del país, que se celebró del 5 al 7 de julio en Tagatay City, cerca de Manila.
En sus primeras declaraciones a Fides, el prelado constató que «la actividad de mediación y reconciliación es útil no sólo para la Iglesia y la población local, sino para todo el país, que necesita encontrar nuevamente unidad, confianza y estabilidad».
«Hace varios años que estamos empeñados en la resolución por medios pacíficos del conflicto de Mindanao –explicó monseñor Capalla–. Los grupos rebeldes han mostrado nuevamente su disponibilidad a las negociaciones. Es una esperanza que debe saber aprovechar el gobierno de Manila, atendiendo también a las presiones que recibe del extranjero».
El arzobispo de Davao describió el camino hacia la paz que propone la Iglesia: «Dedicarse sin descanso al diálogo interreligioso y la reconciliación, fundada en el perdón recíproco, en el espíritu de la Biblia y del Corán».
«Un auténtico espíritu de fe –constató— no es un obstáculo para la paz, sino que puede ser un puente para crear armonía entre comunidades diferentes».
Monseñor Fernando Capalla, de 68 años, ha sido durante años responsable de la comisión episcopal para el Ecumenismo y el Diálogo Interreligioso. Sucede a monseñor Orlando Quevedo, arzobispo de Cotabato, al frente del episcopado del país.
Desde 1980, el prelado ha estado en primera línea en las distintas comisiones de mediación y negociación con los rebeldes del sur de Filipinas, llamado por los presidentes que se han ido sucediendo en el poder: Fidel Ramos, Corazón Aquino, Joseph Estrada y Gloria Macapagal Arroyo.
Monseñor Capalla dirige también la «Conferencia Obispos-Ulemas», organismo instituido en 1996 que reúne a los líderes cristianos e islámicos de Mindanao y promueve iniciativas de diálogo y de paz.