CIUDAD DE GUATEMALA, 18 julio 2003 (ZENIT.org–Fides).- En la misión de Carchá y Chisec –al norte de Guatemala–, 1.526 misioneros indígenas laicos se han preparado durante tres meses para afrontar el trabajo de evangelización en las comunidades rurales del territorio.
De hecho, desde el pasado Pentecostés, todos los domingos, en las numerosas iglesias de dicha misión indígena se celebran envíos de misioneros laicos.
Es la respuesta al Año Santo Misionero que se está celebrando en Centroamérica en preparación al II Congreso Americano Misionero (CAM 2) que tendrá en noviembre en Guatemala.
Los once sacerdotes salesianos que tienen a su cargo este territorio misionero atienden 417 comunidades indígenas de etnia Qeqchí.
Los misioneros van de dos en dos, casa por casa, como los primeros discípulos enviados por Jesús, para invitar a los católicos y no católicos, alejados o apartados de la vida eclesial, a asumir con seriedad el Evangelio de Jesús.
La novedad de esta experiencia misionera consiste en que no se trata de reunir personas en una labor de evangelización en grupo, como sucedía anteriormente, sino que el misionero llega hasta los demás en sus propias casas, estableciendo una relación individual.
El envío de los misioneros se produce durante la celebración eucarística dominical, en la que participan representantes de comunidades Qeqchí. El rito reviste una seriedad y solemnidad especial dado que toda la comunidad asume directa o indirectamente el compromiso misionero.