ROMA, 18 julio 2003 (ZENIT.org).- El 25 de julio se cumplirán 35 años de la redacción de la encíclica «Humanae vitae» de Pablo VI, el documento en el que el obispo de Roma recogía la enseñanza de la Iglesia sobre el recurso a los métodos artificiales de control de la natalidad.
Bernardo Colombo, profesor emérito de demografía de la Universidad de Padua –hermano de Carlo Colombo (1909-1991), obispo y teólogo de confianza de Pablo VI en los años del Concilio Vaticano II–, acaba de publicar en la revista «Teología» de la Facultad Teológica de Milán un artículo en el que reconstruye la manera en que se redactó el documento.
Tras la publicación de la encíclica, sectores que se oponían al «no» a la píldora anticonceptiva afirmaron que el Papa Giovanni Battista Montini publicó el documento en oposición al «sí» de la mayoría de los miembros de la Comisión preparatoria.
En abril de 1967, un artículo favorable a la píldora –publicado en Francia en «Le Monde», en Gran Bretaña en «The Tablet», y en Estados Unidos en «National Catholic Reporter»– afirmaba que, en esta Comisión, los miembros que eran favorables fueron 70, mientras que los contrarios sólo eran 4.
Colombo, tras su investigación, considera que este dato es falso y que fue publicado con el objetivo de hacer presión.
Según una investigación realizada por Zenit, que ha encontrado a personas que participaron en los trabajos de redacción del documento, en realidad el Papa no creó una comisión, sino tres.
La primera comisión se componía de laicos, padres de familia y demógrafos. Según estas fuentes, esta comisión mantuvo contactos cercanos y prolongados con el redentorista Bernhard Häring, teólogo moralista, quien consideraba que no existía ninguna enseñanza del Magisterio que prohibiera la anticoncepción.
En el número 6 de la «Humanae Vitae», Pablo VI explica que en el seno de esta Comisión «no se había alcanzado una plena concordancia de juicios acerca de las normas morales a proponer» y se adoptaron «algunos criterios de soluciones que se separaban de la doctrina moral sobre el matrimonio propuesta por el Magisterio de la Iglesia con constante firmeza».
Por este motivo, revelan estas fuentes a Zenit, el Papa encomendó a una segunda comisión, compuesta por teólogos, historiadores y biblistas, que estudiaran el magisterio, la tradición y los escritos de los Padres de la Iglesia sobre la enseñanza en la materia.
En esta comisión participaban teólogos moralistas como Henri de Riedmatten, dominico, y Stanislas de Lestapis, jesuita. La comisión expresó de manera clara y documentada su neto rechazo al uso de los anticonceptivos.
El parecer de esta comisión fue definitivamente ratificado por una tercera comisión, compuesta por cardenales y por exponentes de la Curia romana.
Basándose en estos pareceres, Pablo VI promulgó la encíclica en la que explica que «la doctrina de la Iglesia en materia de regulación de la natalidad, promulgadora de la ley divina, aparecerá fácilmente a los ojos de muchos difícil e incluso imposible en la práctica».
«Pero a todo aquel que reflexione seriamente, no puede menos de aparecer que tales esfuerzos ennoblecen al hombre y benefician la comunidad humana», afirma en el número 20.