MANAGUA, 23 julio 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha sido informada sobre la petición de perdón que solicitó el pasado sábado el líder sandinista, Daniel Ortega, por «los errores» que cometió su gobierno (1979-1990) con la Iglesia católica, afirmó ayer una fuente religiosa.
Durante la conmemoración del 24 aniversario del triunfo de la «Revolución Popular Sandinista», Ortega dijo que en una reunión con el cardenal nicaragüense Miguel Obando, previa a la celebración, le pidió perdón por los errores de su gobierno.
Ortega admitió que en los años ochenta existió una fuerte tensión y antagonismo con la Iglesia católica, que aseguró no se repetirá si el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) retorna al poder en las elecciones de 2006.
El régimen que lideró Ortega expulsó a 18 sacerdotes, incluido un obispo. El momento más álgido se vivió durante la primera visita de Juan Pablo II a Managua, en 1983, cuando militantes sandinistas trataron de boicotear la misa.
Ante los grupos de personas que interrumpieron la homilía, el Papa tuvo que pedir en varias ocasiones silencio.
El encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica en Managua, monseñor Francisco César García Magán, ha declarado a la agencia Efe que el perdón que pidió Ortega para su antiguo régimen «ha sido informado a la Santa Sede».
Añadió que no se trata de que la Nunciatura haya solicitado «perdón para Ortega y su gobierno, o que la Santa Sede se vaya a pronunciar al respecto, sino que hemos informado del pedido de Ortega».
Explicó que «si una realidad política importante (en Nicaragua), como es el FSLN, realiza ese ejercicio de purificación y reconoce los errores al revisar su historia, es una cosa muy positiva. Ése es un ejercicio sano de purificación de la memoria».
García Magán descartó que en el FSLN «usen» a la jerarquía católica nicaragüense con la mira en próximos procesos electorales, porque «si una persona o una institución tiene un gesto o una palabra, hay que presuponer que surge desde la sinceridad y la veracidad».
«Cuando Pedro le preguntó a Jesús: Maestro, cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano. Jesús le dijo setenta veces siete», recordó monseñor García y agregó que «si anunciamos la misericordia de Dios y experimentamos esa misericordia de Dios, tenemos que ser también testigos de esa misericordia y Dios da siempre a cada uno, en lo personal, una segunda y tercera oportunidad».