En el atentado, perpetrado presumiblemente por milicianos de las formaciones separatistas islámicas, murieron seis fieles y otros cuarenta y seis resultaron heridos.
«Estamos impactados –declaró a Misna el padre Donald De Souza, vicesecretario general de la CBCI. Los ataques revelan la locura maligna de los asesinos».
El episcopado indio incluye en su repulsa el homicidio de nueve soldados indios durante el asalto suicida de dos milicianos islámicos a un campo militar de Tanda, cerca de Akhnoor –a unos treinta kilómetros de Jammu, la capital de invierno del Estado de Jammu y Cachemira–, cometido al día siguiente del atentado contra los peregrinos.
«La Iglesia católica sigue apoyando los esfuerzos de los gobiernos de la India y Pakistán para resolver las tensiones entre las dos naciones. Tales ataques no deben desviarles del camino hacia la paz», añadió De Souza.
La CBCI ha expresado además su pésame a las familias de las víctimas y hace saber que orará por las almas de los asesinados.
La provincia de mayoría musulmana de Cachemira, dividida entre India y Pakistán, es causa de disputas entre ambos países desde su independencia del Imperio Británico en 1947 y ya ha sido motivo de dos guerras.
Se considera que es uno de los conflictos potencialmente más peligrosos del planeta, en especial desde que ambos países se dotaron de potencia atómica en 1998.
Más de 35.000 personas han muerto desde el levantamiento en 1989.