RENALA KHURAD, 28 julio 2003 (ZENIT.org).- Más de tres mil personas de todo Pakistán acudieron el 18 de julio a la Eucaristía que presidió el obispo de Faisalabad, monseñor Joseph Coutts, en la iglesia de Renala Khurd en memoria del padre George Ibrahim, asesinado trece días antes en esa misma iglesia, donde desarrollaba su labor.
En su intervención, monseñor Coutts invitó a los presentes a no ceder a la tentación de la violencia y de la venganza.
Igualmente confirmó la intención de no descansar en las investigaciones hasta obtener justicia, según se lee en el comunicado remitido a Zenit por la Comisión para la Justicia y la Paz en Pakistán.
El sacerdote había recibido amenazas en el pasado por la labor que desempeña la escuela católica del lugar, según reveló Shahbaz Bhatti, responsable de la APMA –«Alianza de las Minorías de Pakistán»–. El organismo declaró que el asesinato constituía «un acto brutal de terrorismo» contra un representante religioso cristiano.
Los ataques contra instituciones y personas cristianas se han intensificado en Pakistán desde el 2002, cuando el gobierno del país apoyó la guerra liderada por Estados Unidos contra el régimen talibán de Afganistán.
El asesinato del padre George tuvo lugar un día después de que tres suicidas mataran a 44 personas en el interior de una mezquita de Queta, de tradición chií, otra de las minorías religiosas del país.
«La historia del cristianismo está llena de personas que han sacrificado su vida por la fe. San Esteban fue el primer mártir; el padre George es uno de los mártires del tercer milenio», afirmó padre Pervez Emmanuel, vicario general de la diócesis de Faisalabad.
El padre Emmanuel recordó –recoge Fides— que, a pesar de un inminente peligro para su vida, el padre George no pensó en sí mismo, sino que se preocupó de la vida de su cocinero, testigo ocular del delito, diciéndole: «¡Por lo menos tú huye y sálvate!».
«La justicia no pertenece a este mundo sino a Dios –añadió el padre Emmanuel–. El padre George es revestido hoy de la corona de gloria porque permaneció fiel a sus deberes pastorales y dio su vida sirviendo a los pobres. Recemos para que su alma descanse en paz».
La hermana mayor del padre George, Sor Angelina –religiosa dominica–, relató la infancia del fallecido, a quien llamó «su mejor amigo». Le recordó como un hombre de paz, dedicado a sus deberes sacerdotales. En septiembre, el padre George habría celebrado su décimo aniversario de vida sacerdotal.
Mientras tanto un grupo de parlamentarios cristianos y musulmanes ha prometido llevar el asesinato del padre George Ibrahim a la atención de la Asamblea nacional del Estado de Punjab.