MADRID, 4 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Una gran campaña para que no se compren las tarjetas navideñas del Fondo para la Infancia de la ONU (UNICEF), fue lanzada por la entidad española HazteOir.org. El motivo es, dicen, porque utilizan parte de los ingresos para financiar acciones que atentan contra el derecho a la vida y la dignidad de las personas.
La campaña busca despertar la conciencia de los ciudadanos sobre el hecho comprobado de que un porcentaje de los beneficios que se obtienen por la venta de las tarjetas navideñas se destina a acciones abortivas, la edición de libros destinados a niños que informan sobre educación sexual bajo un punto de vista hedonista, o bien promueven campañas de esterilización entre mujeres jóvenes.
Asimismo se informó que esta acción quiere llamar la atención de los responsables de los establecimientos que venden las tarjetas –algunas de ellas con piezas de renombrados artistas del arte religioso cristiano como el Beato Angélico y Rafael–, explicando el daño que se hace con sus ventas.
La iniciativa insta a los ciudadanos enviar cartas a UNICEF, haciéndoles saber su negativa a adquirir sus postales navideñas, y a las entidades bancarias y crediticias, correos y centros comerciales que colaboran en la distribución de sus postales, para que dejen de hacerlo.
Organizaciones comprometidas en la defensa y promoción de la vida y dignidad humanas señalaron como muestra de la acción anti-vida de UNICEF la realizada en Venezuela, donde se distribuyen entre los niños y jóvenes de escuelas públicas y privadas “cartillas de educación sexual hedonista que inducen a la experimentación y la actividad sexual, y al aprendizaje del uso de los preservativos y anticonceptivos” desde los 10 años de edad.
Asimismo señalan el caso de El Salvador, donde UNICEF con la Agencia de Ayuda Internacional de Estados Unidos (USAID) distribuyó textos anexos a la ayuda económica cuando ocurrieron los terremotos de 2001. Los textos descubren “la depravación sexual a niños y niñas desde antes de la pubertad”, para que vean con naturalidad el uso de los preservativos y los anticonceptivos hablando de la “vida promiscua, la experimentación sexual, la prostitución, y promoviendo el ‘sexo seguro’, incluida la masturbación” concluyeron.
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