PARÍS, 13 de diciembre de 2003 (ZENIT.org).- Los parlamentos y tribunales en algunos países siguen deliberando sobre el estatus legal que los niños no nacidos deben poseer. El caso más reciente ha tenido lugar en Francia, donde la cámara baja del parlamento aprobó una enmienda a una ley que podría convertir en crimen causar a una mujer la pérdida de su embarazo contra su voluntad, informaba el 29 de noviembre el diario británico Guardian.
La propuesta todavía tiene que ser considerada por el Senado, donde, según los informes de prensa, tendrá lugar una ardua batalla. La propuesta se presentó tras un caso en tribunales que implicaba a una mujer que había perdido a su bebé tras ser atropellada por un coche. El intento de condenar al conductor culpable fracasó, al determinar el tribunal que el feto no era reconocido como persona bajo la ley francesa.
A principios de este año se recomendó una ley similar para el estado australiano de Nueva Gales del Sur, según el Sydney Morning Herald del 26 de junio. La propuesta vino del juez retirado del Tribunal Supremo, Mervyn Finlay, en una revisión de la legislación sobre homicidio del estado. Como en Francia, la causa se originó en el caso de una madre que perdió a su bebé no nacido en un accidente de coche.
La ley actual del estado no clasifica a un niño como humano hasta que él o ella logran respirar. Todos los estados australianos, con excepción de Nueva Gales del Sur y Australia del Sur tienen una legislación que hace un crimen el matar a un niño no nacido, con penas que van de 10 años de cárcel a cadena perpetua.
En su informe, Finlay encontraba que «el estado del feto capaz de nacer vivo no es el de una mera parte del cuerpo de su madre» y recomendaba la introducción del crimen de «matar a un niño no nacido». Proponía que a fines legales el feto se considere como un niño de 26 semanas. Finlay también sugería que la muerte de un feto debido a un acto criminal antes de las 26 semanas se considere un factor agravante en la condena.
En Estados Unidos, los legisladores también han debatido la introducción de leyes que den algún tipo de estatus legal a los niños no nacidos. Pennsylvania y Texas han considerado el tema en los últimos meses. El senador norteamericano Rick Santorum de Pennsylvania escribió sobre el tema un artículo de opinión en el Philadelphia Inquirer el pasado 8 de junio. Comentando el descubrimiento en la Bahía de San Francisco del cuerpo de Laci Peterson, que llevaba a su hijo no nacido, Santorum observaba que la ley de California reconoce que el homicidio de una madre que está esperando tiene dos víctimas.
Con la aprobación en Pennsylvania de una ley similar, son 26 los estados que actualmente consideran que dañar a un niño no nacido es un crimen. Santorum lamentaba que éste todavía esté sin protección en la mitad de los Estados Unidos». «Como legisladores, tenemos el deber hacer justicia donde haya vacíos y escapatorias ante las víctimas inocentes que han sufrido daño maliciosamente intencionado», afirmaba.
Batalla en Florida
Los tribunales también han estado ocupados en el debate legal sobre los niños no nacidos. Florida fue el centro de una batalla hace unos meses cuando el gobernador Jed Bush intervino para pedir que se designara un guardián para el feto de una mujer retrasada mental. Después de una prolongada batalla, el juez Lawrence Kirkwood aprobó que la mujer, conocida como J. D. S., completara su embarazo, informó el Sun Sentinel el 26 de junio.
En varias ocasiones el juez dictaminó en contra de las peticiones de Bush de designar un guardián para el feto. Sin embargo, el juez finalmente aceptó el plan médico recomendado por la guardián designada por el tribunal para J. D. S., Patti Jarrell. El plan proponía que la mujer siguiera con su embarazo. J. D. S. quedó embarazada después de haber sido violada en las instalaciones médicas donde era cuidada.
La decisión vino un mes después de que un caso similar llevara a una mujer en cuestión a someterse a un aborto. El juez Arthur Rothenburg autorizó el aborto para una mujer mentalmente impedida, y también dio permiso a los doctores para esterilizarla, informó el 23 de mayo Associated Press.
Los tribunales también se han pronunciado sobre casos referentes a condenas hechas bajo leyes que reconocen el estatus legal de los niños no nacidos. El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó una apelación de una mujer de Carolina del Sur condenada por homicidio al causar que su bebé naciera muerto debido a su consumo de cocaína, informó Reuters el 6 de octubre.
El tribunal rechazó la revisión de la súplica hecha por Regina McKnight, que había desafiado la constitucionalidad de la ley. McKnight dio a luz en 1999 a un niño nacido muerto, el bebé de cinco libras de peso, tras un embarazo estimado de entre 34 y 37 semanas. Dio positivo en cocaína, y una autopsia del bebé reveló rastros de cocaína. Los fiscales afirmaron que McKnight había sido responsable de la muerte de su hija porque había consumido crack y cocaína incluso a pesar de saber que mataría a su feto.
Para la ley de Carolina de Sur es un crimen causar la muerte de un niño de menos de 11 años al cometer abusos o negligencia si la muerte ocurre bajo circunstancias que manifiestan «una extrema indiferencia hacia la vida humana».
Otra condena por causar la muerte de un niño no nacido tuvo lugar en Massachussets. Roberto Madruga fue sentenciado a dos años de cárcel después de ser declarado culpable de estar borracho cuando su camión pick-up colisionó con un coche, dañando a una pasajera y causándole la pérdida de su feto, informó el 2 de diciembre Associated Press.
Anteriormente, el Tribunal Supremo de Mississippi sentenció que un feto no nacido es una persona bajo la ley del estado, informó Associated Press el 22 de agosto. Por una votación de 6 contra 2, el tribunal dictaminó a favor del derecho de una mujer a llevar adelante una demanda por una muerte injusta, después de que afirmara que un error de sus médicos le causó que sufriera un estrés emocional y tuviera un aborto. El feto que llevaba Tracy Tucker tenía 19 semanas en aquel momento.
Previamente, la ley permitía que la gente demandara por una muerte injusta de un recién nacido, o nacido prematuramente, es decir, un feto que se esperaba que viviera. Con esta decisión el tribunal ha extendido el derecho a pleito bajo la cláusula de muerte injusta hasta cubrir a los fetos no viables.
El caso se remonta al 2001, cuando el juez del condado declinó rechazar el pleito de Tucker y permitió a todas las partes que pidieran al Tribunal Supremo que decidiera si era legal una demanda de mueçrte injusta.
Un nuevo interés en el feto
Los expertos médicos también están prestando mayor atención al feto. A inicios de año uno de los principales neurólogos británicos afirmó que los fetos podrían desarrollar la conciencia mucho antes que el límite de edad legal para abortar. La baronesa Greenfield, profesora de neurología en la Universidad de Oxford y directora de la Royal Institution, afirmó que había evidencias que sugieren que la mente consciente podría desarrollarse antes de las 24 semanas, la edad más avanzada en la que se permite un aborto en Gran Bretaña, informó el 10 de marzo el diario Telegraph.
«Dado que no podemos probar la conciencia o no, debemos ser muy cautelosos ante el ser demasiado entusiastas en asumir que algo no es consciente», afirmaba. «Debemos equivocarnos en el lado de la precaución».
Greenfield también observaba que el ministerio del Interior británico ha ampliado la legislación que dio originalmente protección legal a los mamífero, hasta incluir un pulpo o incluso un molusco. «Si se puede atribuir el carácter de ser con sentido a un molusco, y ahora tiene la protección del ministerio del interior, entonces, según mi punto de v
ista, debemos ser muy precavidos al hacer presunciones», afirmaba.
En su alocución del 22 de mayo al movimiento italiano pro vida, Juan Pablo II indicaba: «No puede haber paz verdadera sin respeto por la vida, especialmente si es inocente e indefensa como la de un niño no nacido».