CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 14 junio 2004 (ZENIT.org).- La Santa Sede está estudiando las respuestas que ofrecen las Iglesias locales ante el fenómeno de la Nueva Era y prepara un documento con orientaciones útiles para los obispos sobre el argumento.
La «Consulta internacional sobre la Nueva Era», que se celebra del 14 al 16 de junio en Roma, ha sido convocada por una comisión de diferentes organismos vaticanos sobre «Sectas y nuevos movimientos religiosos», según informa un comunicado de prensa emitido por la Santa Sede.
En la comisión participan representantes de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, del Consejo Pontificio para la Promoción de las Unidad de los Cristianos, del Consejo Pontificio de la Cultura, y del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
Este estudio tiene lugar tras la publicación, el 3 de febrero de 2003, del «informe provisional» titulado Jesucristo, portador de agua viva. Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era publicado por estos dos últimos Consejos Pontificios.
Ese texto explicaba que la Nueva Era no es «una religión propiamente dicha, pero se interesa por lo que se denomina «divino». La esencia de la Nueva Era es la libre asociación de diversas actividades, ideas y personas, a las que se podría aplicar esta denominación».
La reunión, revela el comunicado, ha sido preparada basándose en las respuestas de las Conferencias Episcopales a un cuestionario que se les envió al presentarse ese documento.
Junto con los representantes de los cuatro organismos vaticanos, participan en la consulta unos veinte expertos indicados por las Conferencias Episcopales de todo el mundo.
En particular, en la reunión se están afrontando dos argumentos que preocupan en particular a los expertos, aclara el comunicado: «el discernimiento de las técnicas psicológicas promovidas por la Nueva Era y una confrontación profunda entre las respuestas de la Nueva Era y las que ofrece la espiritualidad cristiana».
Por último, revelan fuentes vaticanas, el encuentro busca «presentar algunas indicaciones para una reflexión pastoral sobre la Nueva Era como propuesta para el episcopado».
La última asamblea plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura, celebrada en Roma del 11 al 13 de marzo, afrontó indirectamente la cuestión al reflexionar sobre el actual «desafío de la increencia y de la indiferencia religiosa».
El cardenal Paul Poupard, presidente de ese organismo vaticano, explica que en aquel encuentro ya surgieron tres propuestas para afrontar «esta nueva religiosidad que presenta un Dios sin rostro y una dimensión cósmica sin raíces en la historia».
En primer lugar, explicó este lunes a «Radio Vaticano», en esa reunión de cardenales y obispos de todo el mundo se propuso «la auténtica oración, que no es introspección psicológica», sino ese encuentro con Dios como el presentado en el Padrenuestro.
En segundo lugar, el cardenal francés propone «el regreso a la gran antropología cristiana, es decir, al papel central de la persona humana. No somos una parte de un universo sin especificar, sino una persona creada a imagen y semejanza de Dios y redimida por Cristo».
En tercer lugar, el cardenal Poupard sugiere «un gran esfuerzo por parte de la Iglesia, sobre todo en la catequesis, en las homilías, para ofrecer una nueva enseñanza» sobre las realidades de la fe y sobre los interrogantes de las personas, pues este fenómeno «se alimenta esencialmente de una gran ignorancia».