PAMPLONA, martes, 23 noviembre 2004 (ZENIT.org-Veritas).- Monseñor Anders Arborelius OCD, obispo de Estocolmo (Suecia) considera que es necesario que los católicos recuperen «el orgullo de pertenecer a la Iglesia».

Invitado por la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, monseñor Arborelius dijo este martes que «a veces los católicos somos demasiado tímidos y nos falta ánimo y orgullo para dar testimonio».

«Hay que animar a los laicos a que den ese testimonio en su ambiente todos los días», añadió el obispo.

Para el prelado, «la dignidad de la vida humana y el valor de cada ser humano como imagen de Dios es una aportación necesaria en el mundo de consumismo», que está ofreciendo la Iglesia.

En este sentido, destacó «el interés persistente de Juan Pablo II por defender el valor único de cada ser humano desde la concepción hasta la muerte natural y la unidad de todos los hombres de buena voluntad, de todas las religiones, en favor de la paz y la justicia».

Según monseñor Arborelius, de 55 años, «el catolicismo se revitalizará en Europa a través de la vida espiritual. Hay que ayudar a todos los bautizados a descubrir que viven en unión continua con Jesucristo y que su vida diaria es un acto de servicio y adoración».

Asimismo, el obispo de Estocolmo predijo «una vuelta a los valores familiares», porque frente al «protagonismo individualista actual, cada ser humano busca comunión, relación».

«Los padres tienen que redescubrir su responsabilidad como testimonios y transmisores de la fe. El Estado como tal debe ser neutral, no enemigo, para dar a los padres y a las comunidades su papel de apóstoles de la fe», añadió.

Respecto a la situación de la Iglesia en su país, el prelado señaló que «la Iglesia católica en Suecia supone un 2% de la población, unos 150.000 habitantes, en su mayor parte inmigrantes», pero que «está aún creciendo» y «tenemos necesidad de vocaciones y de nuevas iglesias o parroquias, a pesar de la secularización».