CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 10 febrero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II, restablecido de la laringotraqueítis por la que había sido hospitalizado durante nueve días en el Policlino Agostino Gemelli, regresó este jueves al Vaticano.

Cuando ya había caído la noche sobre Roma, el Santo Padre dejó el hospital en el «papamóvil» acompañado por su secretario, el arzobispo Stanislaw Dziwisz, después de haber saludado varias veces a las numerosas personas que le esperaban aplaudiendo.

El anuncio de la decisión de los médicos de dar de alta al pontífice fue comunicado a mediodía por el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls. Al cierre de esta edición se esperaba que su regreso al palacio apostólico tuviera lugar en la tarde del jueves.

«La laringotraqueitis aguda, que había motivado el ingreso urgente del Santo Padre se ha curado», informó el portavoz en un comunicado.

«Prosigue favorablemente la mejoría del estado general», añade el comunicado explicando que «en los dos últimos días, todas las pruebas diagnósticas, incluida la TAC, han permitido excluir otras patologías».

«El Papa ha decidido enviar una carta de agradecimiento a todas las personas que lo han atendido durante estos días: médicos, religiosas, enfermeros, técnicos y auxiliares», revela Navarro-Valls.

En particular el Santo Padre ha querido manifestar su agradecimiento, según la nota, «al profesor Rodolfo Proietti, catedrático de Anestesiología y Reanimación y director del Departamento de Emergencia que ha coordinado al equipo médico, ayudado por el profesor Massimo Antonelli, el profesor Gaetano Paludetti, catedrático de Otorrinolaringología y al profesor Filippo Crea, catedrático de Cardiología»

Según reveló en declaraciones posteriores a «Radio Vaticana» el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el Papa «aunque obedeciendo a los médicos, estaba impaciente por regresar al Vaticano y afrontar cuanto ante la agenda de las citas para el futuro».

Según Navarro-Valls ha habido una medicina que ha sentado muy bien al Santo Padre, la cercanía de la gente --en este miércoles, en particular la de jóvenes que cantaron a su ventana y la visita de un niño--, así como todos los mensajes y oraciones que ha recibido en estos días.

«Por lo que se refiere a su actividad, se puede decir que no se ha interrumpido, pues cuando ha sido necesario someterle algún asunto a su atención se ha podido hacer a través del cardenal secretario de Estado en estos días», sigue informando el portavoz.

«Ahora, al regresar, el Santo Padre verá su agenda y decidirá si tiene que cambiar algo. Pienso, sin embargo, que en la medida en que sea posible, el deseo del Papa es el de reanudar las citas que en estos días tenía y que se han tenido que aplazar por algún día», concluyó

Este viernes, 11 de febrero, la Iglesia celebrará la Jornada Mundial del Enfermo, con motivo de la memoria de la Virgen de Lourdes. Es día de fiesta en el Vaticano, pues se celebra el aniversario de la firma de los Pactos Lateranenses y de la institución del Estado de la Ciudad del Vaticano, que tuvo lugar en el año 1929.

Las celebraciones centrales de la Jornada Mundial del Enfermo se celebran en Yaoundé (Camerún). El cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, participa en representación del Papa.

Como todos los años al inicio de la Cuaresma, Juan Pablo II debería comenzar en la tarde de este domingo los ejercicios espirituales en los que también participa la Curia romana y que durarán hasta el próximo sábado.

Según la costumbre, el Papa durante esos días suspende las audiencias para dedicarse a la oración.