MADRID, lunes, 4 de julio 2005 (ZENIT.org).- El director de la revista «Ecclesia» y «Ecclesia Digital» (su versión actualizada en Internet), don Jesús de las Heras, habla en esta entrevista concedida a «Zenit» de la nueva etapa que afronta esta publicación de información religiosa, una de las pioneras en el mundo hispano.
De las Heras ha dirigido la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española desde 1995 hasta el 2004.
Sacerdote de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, es delegado de medios en la misma desde 1987 y profesor de Historia de la Iglesia también en Sigüenza-Guadalajara y colabora en la Cadena COPE y en Radio Exterior de España.
«Ecclesia», revista de periodicidad semanal dependiente de la Conferencia Episcopal Española, informa desde hace 65 años en español sobre la vida de la Iglesia. Durante el Concilio Vaticano II fue la publicación que hizo llegar lo que sucedía en roma a España y América Latina.
–«Ecclesia» es una revista religiosa pionera en España. ¿Cuáles son sus puntos de fuerza que la mantienen viva y actual y con suscritores en más de cien países del mundo?
–De las Heras: Son su ser revista de Iglesia, sus contenidos, la necesidad de realizar y transmitir una buena información religiosa y la fidelidad a sus señas de identidad a lo largo de sus 65 años de trayectoria.
«Ecclesia» nació 1941 como un servicio de información y de documentación. Impagable fue su trabajo durante los años del Concilio Vaticano II y el postconcilio. En buena medida, el Concilio fue conocido en España y en América Latina gracias a «Ecclesia». Lo mismo sigue sucediendo ahora con otros importantes documentos pontificios y episcopales que no son publicados en su totalidad por otros medios de comunicación y «Ecclesia» sí ofrece su íntegra edición y si no están escritos en español realiza una cuidada traducción.
La revista ha sido también una auténtica escuela de periodismo católico. En ella han trabajo periodistas como monseñor Antonio Montero, monseñor Jesús Iribarren, Agapito Tapiador, Joaquín L. Ortega, José Mª Javierre, Antonio Pelayo, Javier Fernández, Eloy García, José Antonio Carro… Se trata de nombres propios sin los cuales difícilmente podría entender la historia del periodismo católico y religioso en España durante el último medio siglo.
–«Ecclesia» se hace eco de la vida de la Iglesia. ¿Va a cambiar esta proporción de noticias?
–De las Heras: Los tres referentes principales de las páginas de información de «Ecclesia» han sido y seguirán siendo España, Vaticano y América Latina. Las razones son obvias: es una revista española y en lengua española, es una revista de Iglesia, como su nombre indica, y es una revista con amplia difusión e implantación en América Latina.
De esta manera, además, habida cuenta de que la población católica en todo el mundo casi su mitad habla español, la dimensión de nuestra revista es realmente universal, católica y eclesial.
Medio año después de acceder a la dirección de esta revista no preveo cambios en esta proporción e interés informativo, si bien estamos intensificando una mayor cabida en la revista de las páginas de opinión y de pensamiento.
Asimismo, una vez que hemos abierto la página web, que se renueva diariamente, al menos, tres veces al día, estamos abiertos a todos los escenarios informativos.
–Usted quiere que la revista sea «de todos». Esto va a ser un poco difícil, ¿cómo lo quiere conseguir?
–De las Heras: En efecto, quiero una revista de «todos» por fidelidad a la identidad y a la historia de la «Ecclesia». Como es bien sabido, la misma definición etimológica de la palabra «Ecclesia» habla de asamblea, de reunión, de encuentro, de pueblo.
Tras casi 23 años de sacerdote y 13 de ellos con una dedicación casi exclusiva al mundo de las comunicaciones sociales, cada vez en mayor medida creo que es más necesaria la Iglesia de la comunión, del encuentro, del gozo y de la coherencia de vivir en la pertenencia y en la corresponsabilidad eclesial.
Trabajar y creer en una «Iglesia de todos» no es una utopía, es una necesidad de fidelidad al evangelio y a la misma esencia de lo que es la Iglesia. Y esto, en mi caso, hay que traducirlo a un medio de comunicación, a una revista y a una página web. ¿Cómo? Teniendo claro los principios, sintiendo con la Iglesia, intentando vivir en su comunión. Y esta es la oferta de la revista «Ecclesia» y de su página web, que luego debe concretarse en evitar «banderías», «escoramientos» e intentando dar cabida a toda la información que realmente construya y genere Iglesia, esta querida Iglesia nuestra que es sacramento, jerarquía, colegialidad y pueblo.
–Llega a sus manos la dirección de «Ecclesia» después de una dilatada experiencia en la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española. ¿En qué aspectos concretos le ayuda, este bagaje?
–De las Heras: Mis doce años y medio al frente de servicios informativos en la Conferencia Episcopal Española creo sincera y modestamente que es un magnífico bagaje. Conozco bien, por lógica, las fuentes, los destinatarios, los intermediarios, los protagonistas, en suma, la estructura de la información religiosa.
Sin embargo, es muy distinto hacer una revista que dirigir un gabinete de prensa. El trabajo en una Oficina de Comunicación es más inmediato, más directo, más sectorializado. Una revista es un mundo más complejo y con más mediaciones: las corresponsalías, la redacción, los traductores, la administración, la publicidad, la imprenta, la distribución del número a través de Correos, su venta en librerías…
Hasta ahora estaba acostumbrado a trabajar más «en directo», a vivir en una mayor tensión de la actualidad en estado puro e inmediato, a servir a los periodistas, al vértigo de lo que sucede ya y ya debe ser comunicado, gestionado o respondido.
Ahora esta dimensión es distinta. Como dije, encuentra otros tiempos, otros espacios, otra manera de presentar la actualidad, la necesidad de evaluarla y de reflexionarla bajo otras categorías.
Por abundar un poco más: antes no me importaban las líneas, ni las páginas, ni las fotos; y ahora, es preciso vivir sujeto bajo esta limitación de las líneas que caben en una página y de las páginas que entran en un número de la revista y su correcta distribución gráfica, temática y de secciones.
–En seis meses como director, ¿cuál es su balance?
–De las Heras: «Ecclesia» existía antes que yo y seguirá existiendo después de mí. No obstante, entiendo la pregunta. Se cumplen, en efecto, seis meses de mi llegada a la dirección. Es todavía poco tiempo para evaluar y para sacar siquiera conclusiones provisionales. Pero, en fin, si hubiera de trazar algunas líneas de cómo veo la revista y cómo veo el trabajo realizado en este medio año diría varias cosas.
La primera de ellas sería congratularme del buen trabajo de mis antecesores y del actual equipo de redacción, administración e impresión de la revista. «Ecclesia» mantiene una vitalidad digna y aceptable.
En segundo lugar, subrayaría el esfuerzo realizado en estos seis meses por ampliar el ámbito de conocimiento, difusión, incidencia y penetración de la revista a través de campañas de captación de nuevos suscriptores, de presencia en los grandes medios de comunicación social de España, de renovada presencia e incidencia en la vida de la Iglesia.
La Cadena «Cope» ha emitido y volverá a hacerlo una cuña publicitaria de la revista, hemos estado en el Salón Europeo de «Ekumene», hemos agilizado los contenidos y la presentación de la revista, hemos ampliado notablemente la red de colaboradores y de corresponsales, hem
os creado nuevas secciones, hemos llevado puntualmente el nombre de la revista a grandes «mass media» y a otros foros de la opinión pública, hemos puesto en funcionamiento una magnífica página web –uno de nuestros proyectos y realizaciones «estrella»–, estamos trabajando en un nuevo diseño y en la edición semanal a todo color de la revista –aspectos que serán una realidad en el mes de noviembre–. En suma, no hemos parado de «movernos»…
A ello, sin duda, contribuyó el vertiginoso y apasionante mes de abril eclesial con la muerte del querido Juan Pablo II y la elección de Benedicto XVI.
Sobre los frutos y resultados, me remito a unas palabras de mi carta de presentación a los lectores de Ecclesia en el editorial del número de 8 de enero de 2005, el primero bajo mi dirección: «nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa», hermosa frase Gandhi, que sigue para mí el compromiso, periodístico y sacerdotal, con «Ecclesia»: Un esfuerzo total.
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