Sin comprensión de la Eucaristía no hay práctica religiosa entre los católicos

Constata el «Instrumento de trabajo» para el sínodo de obispos de octubre

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 7 julio 2005 (ZENIT.org).- Las respuestas que las conferencias episcopales de todo el mundo han enviado al Vaticano a un cuestionario sobre la Eucaristía en preparación del próximo Sínodo permite constatar que la falta de práctica religiosa entre los católicos se debe a la falta de comprensión de este sacramento.

Esta constatación aparece en el Instrumentum laboris (documento de trabajo) de la asamblea de obispos del mundo que se celebrará en Roma del 2 al 23 de octubre sobre el tema «La Eucaristía: fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia».

El documento de noventa páginas, que servirá de base para cada una de las intervenciones en el Sínodo, broche de oro del Año de la Eucaristía, fue presentado a la prensa este jueves el arzobispo Nikola Eterovic, secretario general del Sínodo de los Obispos.

El texto se ha redactado tras haber enviado el documento Lineamenta (orientaciones) y un cuestionario a 113 conferencias episcopales; 11 sínodos de obispos de Iglesias católicas orientales; 25 dicasterios de la Curia Romana ya la Unión de los superiores generales de las congregaciones y órdenes religiosas.

«El porcentaje de las respuestas de las mencionadas instituciones ha sobrepasado el 90 %», reveló monseñor Eterovic, quien constató que también han recibido «numerosas observaciones obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y sobre todo de laicos».

De estas respuestas, explica el «Instrumentum laboris» en la primera parte, que lleva por título «Eucaristía y mundo actual», «se deduce que la frecuencia a la Santa Misa en el domingo es más bien alta en diversas Iglesias particulares de naciones africanas y en algunas asiáticas».

«Se verifica, en cambio, el fenómeno contrario en la mayor parte de los países europeos y americanos y en algunos de Oceanía, llegando a extremos negativos del 5%», indica el instrumento de trabajo sinodal.

«Los fieles que descuidan el precepto dominical, en la mayor parte de los casos, no dan particular importancia a la participación en la Misa. En el fondo, ellos no saben en qué consiste el Sacrificio y el banquete eucarístico, que reúne a los fieles entorno al altar del Señor», constata.

«Debería ser promovida una catequesis más continua e intensa en relación a la importancia y a la obligación de participar en la Santa Misa del domingo y de los días de precepto», constata el documento.

«A veces se desvaloriza la importancia del precepto sosteniendo que es suficiente cumplirlo cuando el estado de ánimo lo sugiere», indica.

Entre los fenómenos más preocupantes, el texto constata que «se asiste a un declino de la práctica de la fe, de la participación en la Misa, principalmente entre los jóvenes».

«Esto debe hacer reflexionar acerca de cuánto tiempo se dedica de parte de los pastores y catequistas a la educación en la fe de los jóvenes y niños y cuánto tiempo, en cambio, de destina a otras actividades, como las de carácter social», reconoce.

Otra preocupación recogida por el documento vaticano es la percepción de «un debilitamiento del sentido del misterio en las sociedades secularizadas».

«Ello puede atribuirse, entre otras cosas, a interpretaciones y acciones que deforman el sentido de la reforma litúrgica del Concilio y que terminan en ritos banales y pobres de sentido espiritual», considera.

El instrumento «manifiesta satisfacción por una liturgia inculturada que permite una mayor participación activa» y constata que «esto conduce a un aumento de la participación en la Misa».

Los dos grandes peligros que hoy acechan a la Eucaristía entre las comunidades cristianas, según explica el documento, son «la secularización de la salvación y el relativismo religioso».

«La primera lleva a comprometerse en favor del hombre, pero se trata de un hombre reducido unilateralmente a la dimensión horizontal. A veces parecería que algunos vinculan la vocación de ministro de los misterios de Dios a la de organizador de la justicia social».

El relativismo religioso, por su parte, «lleva a abolir la verdad del cristianismo, pues se retiene que una religión vale cuanto otra».

Ahora bien, el documento no quiere caer en el «pesimismo», abogando por «reforzar la actividad misionera de la Iglesia».

Pero ello se requieren «ambientes ejemplares, en los cuales la Eucaristía sea verdaderamente aceptada con fe y celebrada correctamente, lugares en los cuales pueda vivirse personalmente lo que la Eucaristía es: la única respuesta verdadera a la búsqueda del sentido de la vida, que caracteriza al hombre de todas las latitudes».

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ZENIT Staff

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