ROMA, lunes, 11 julio 2005 (ZENIT.org).- La santa carmelita y patrona de Europa, Edith Stein, puede ser una figura «muy interpeladora» para los 800.000 jóvenes que llegarán a Colonia con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud en agosto.
Así lo explica a Zenit el padre Luis Aróstegui Gamboa, prepósito general de los Carmelitas Descalzos, para quien «la búsqueda de la Verdad de Edith Stein –Teresa Benedicta de la Cruz– puede ser un estímulo para los jóvenes que irán a Colonia, donde ella vivió en el Carmelo».
«Edith Stein es una figura muy distinta de Teresa de Liseux, también santa carmelita y que entusiasmó a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en París (1997). Del mismo modo pienso que a una parte de la juventud, quizá no a todos, les puede agradar esta figura de Stein, pues es moderna y su biografía es muy interesante en el mejor sentido de la palabra: judía, alemana, buscadora, pierde la fe, la encuentra», considera.
«La búsqueda de la Verdad era mi oración», decía Edith Stein, recuerda el superior carmelita al evocar la figura de esta religiosa carmelita que murió en las cámaras de gas de Auschwitz, el 9 de agosto de 1942.
«Acogió su muerte en el campo de concentración como la comunión con la cruz de Cristo, por su pueblo y por la paz en el mundo. Esto es impactante», reconoce el general de la Orden de los Carmelitas Descalzos.
Según revela el padre Aróstegui, «Edith Stein fue una persona muy comprometida con su fe y una personalidad excepcional, la llamaban para dar conferencias y clases en un momento en que esto no era habitual, y defendió los derechos y la dignidad de la mujer».
«Para los jóvenes, esta fe y fidelidad pero al mismo tiempo reflexión con libertad y responsabilidad pueden ser muy atractivas», añade.
«Además, su continuidad de vida cuando entra en el Carmelo de Colonia también es muy interesante, pues no es rechazar la vida intelectual sino al contrario, entrar más intensamente en la contemplación, que no es inacción. De hecho sus superiores le pedirán que siga con el trabajo intelectual y ella lo hará, en unión con la Iglesia y las necesidades del mundo».
«Sobretodo el hecho de ser buscadora, de integrar los valores en su vida y su pensamiento y su profundidad en la fe son muy buenos para el mundo de los jóvenes que se reunirán en su Alemania natal», concluye.