BOGOTÁ, martes, 12 julio 2005 (ZENIT.org).- Un común esfuerzo para poner en práctica «una gran estrategia a favor de la vida» se propone el episcopado colombiano, alarmado por la falta de respeto a la vida humana, a la familia y al matrimonio, cuya inquietud en otros países se está sembrando también en Colombia.

Así se desprende del mensaje final -«Para que los colombianos tengan vida»- difundido el viernes por el organismo episcopal (www.cec.org.co) al término de su 79ª Asamblea Plenaria.

«En el contexto de la Iglesia universal, que se ha mostrado particularmente viva en el momento de la muerte del Papa Juan Pablo II y el inicio del servicio apostólico del Papa Benedicto XVI, también sentimos que la Iglesia vive en Colombia», reconoce la reciente reunión de 87 prelados del país.

Pero admite igualmente que el país está «recibiendo las luces y sombras que comunica el proceso de globalización».

«Hay avances técnicos y científicos» -especifica-, «pero también crece la pobreza, llegan a Colombia las inquietudes que se han sembrado en otras partes del mundo con relación al valor de la vida humana, especialmente cuando empieza a generarse, o cuando está agotada por la enfermedad o el paso de los años».

«Nos duele la forma como va desapareciendo el respeto y defensa de la familia cristiana y aún de la institución matrimonial», añade el mensaje.

«Con Juan Pablo II y Benedicto XVI, nos corresponde ser testigos de la esperanza y “cooperadores de la verdad”, pues sabemos que “en la crisis de nuestra época, que nos suministra un cúmulo de datos científicos pero nos empuja al subjetivismo en las auténticas cuestiones referidas al ser humano, necesitamos de nuevo buscar la verdad y también el valor para admitirla”», escriben citando al pontífice actual.

En este contexto, expresan los prelados: «Aceptamos la invitación que hace diez años nos hizo Juan Pablo II para realizar “una movilización general de las conciencias y un común esfuerzo para poner en práctica una gran estrategia a favor de la vida”».

«Buscamos que todos en Colombia tengamos la vida, vida con calidad, vida en una sociedad más humana y fraterna, vida en una Iglesia llena de amor y servidora de los más necesitados», subrayan.

Y conscientes de que «el trabajo por la paz es, en definitiva, un trabajo por la vida», los prelados se proponen igualmente «recibir, estudiar, difundir y trabajar la reciente ley “con la cual se busca facilitar los procesos de paz y la reincorporación individual o colectiva a la vida civil de miembros armados al margen de la ley, garantizando los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación”».

Firma el mensaje –que además recoge el dolor por las víctimas de las recientes acciones terroristas en Londres y también de las FARC («Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia») en poblaciones del departamento colombiano del Cauca- el nuevo presidente del episcopado del país, el arzobispo Luis Augusto Castro Quiroga, conocido por su labor de mediación en el conflicto interno de Colombia.

«Renovamos la voluntad de ofrecer nuestra disponibilidad en todo lo que sea necesario superar estos tiempos de negación de la vida», concluye el mensaje, disponible en la sección de Documentos de Zenit.