* * *
COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL PANAMEÑA “C.E.P.”
AL TÉRMINO DE LA ASAMBLEA PLENARIA ORDINARIA N°173
PANAMÁ, 8 DE JULIO DE 2005
Hermanos y hermanas en el Señor:
Al término de la Asamblea Plenaria Ordinaria N°173, los Obispos de la Iglesia Católica panameña hacemos llegar al pueblo cristiano un mensaje de fe que ayude a orientar las conciencias.
Queremos alentar la esperanza con la fuerza incontenible que procede de la certeza de contar con la presencia y con la energía del Señor Resucitado, que nos acompaña en la historia: “Yo estaré con ustedes hasta el fin de los siglos” (Mt.28,20).
Somos concientes de nuestra misión de guiar espiritual y moralmente al pueblo de Dios. Lo hacemos hoy con la esperanza de que los católicos asumamos la invitación del Señor: “conviértanse y crean en el Evangelio” (Mc. 1, 15).
1. GRATITUD Y ALEGRÍA
Damos gracias a Dios por el brillante pontificado del Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, recientemente llamado a la casa del Padre para recibir la corona merecida por los pastores fieles.
De igual manera nos regocijamos por la elección del Santo Padre Benedicto XVI, y rogamos a Dios que lo anime y lo fortalezca, para que pueda confirmar a sus hermanos y al mundo, que aguarda de la Iglesia, con ávida expectación, la luz de Cristo, que ilumine sus gozos y sus esperanzas, sus alegrías y tristezas.
Agradecemos el generoso servicio prestado por el Señor Nuncio Apostólico, S.E.R. Monseñor Giacomo Ottonello, y damos la más cordial bienvenida a su sucesor, S.E.R. Monseñor Giambattista Diquattro, a quien auguramos un feliz y fecundo ministerio.
Nuestra Conferencia Episcopal ha sido enriquecida por la incorporación de S.E.R. Monseñor Pedro Hernández, c.m.f., Obispo del Vicariato del Darién y, más recientemente por la elección de S.E.R. Monseñor Audilio Aguilar, como Obispo de Colón – Kuna Yala.
Saludamos a S.E.R. Monseñor Carlos María Ariz, c.m.f., Obispo emérito de esta misma diócesis, y le hacemos patente el homenaje de nuestra admiración, respeto y gratitud por los importantes servicios prestados a la Iglesia, quien seguirá siendo miembro activo de esta Conferencia Episcopal.
2. AÑO DE LA EUCARISTÍA
La celebración del Año de la Eucaristía está favoreciendo en nuestras parroquias las iniciativas de los fieles, alcanzando altos niveles de esfuerzo y creatividad, para expresar la piedad eucarística.
Esto va más allá de un simple evento, de un encuentro celebrativo. Busca una profundización en temas que tocan lo más íntimo de nuestra vida interior y eclesial.
«La Eucaristía hace la Iglesia… » es el tema de la Carta Encíclica que S. S. Juan Pablo II nos entregó el año 2003. Indica no sólo la centralidad que tiene la Eucaristía en la vida de nuestras comunidades, sino que ellas mismas son edificadas desde la Eucaristía.
La Iglesia es comunión de todos los hombres con el Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo; tiene, pues, en la Eucaristía, su fuente misma de comunión. La Eucaristía es comunión con el Cuerpo de Cristo y la Iglesia es comunión de los hombres con Dios y de los hombres entre sí: es el Cuerpo Místico de Cristo.
Mas aún: la Eucaristía es fuente y culmen de toda la actividad de la Iglesia (Sacrosanctum Concilium 10). Fuente de donde todo mana; culmen donde todo llega a su plenitud.
La Eucaristía es fuente de un estilo de vida y un compromiso solidario con el mundo. No es una celebración intimista, replegada hacia el interior de una comunidad, sino que mira hacia el mundo, al que debemos anunciar, con nuestro testimonio y nuestra palabra, lo que celebramos.
Debemos aprovechar este año para la catequesis, la formación, la profundización en el misterio eucarístico. Desde el documento «Denles ustedes de comer» y la Encíclica «La Iglesia vive de la Eucaristía» podemos desarrollar cursos, catequesis, homilías, charlas, para nuestros fieles.
Tenemos un quehacer docente, un deber pedagógico, inherentes a nuestro ministerio, que no podemos descuidar.
3. DIÁLOGO NACIONAL
El momento presente reclama de nosotros una palabra pública y explícita. Conscientes de nuestra misión de pastores queremos decirla, con libertad evangélica y voluntad conciliadora.
Frente al tema de las reformas a la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social; reconocemos como signo de esperanza que se haya emprendido el camino del diálogo como único medio eficaz, mediante propuestas serias, viables y responsables, para lograr acuerdos que garanticen los principios de autonomía, solidaridad, sostenibilidad y transparencia en una de las instituciones sociales más importantes del Estado Panameño.
Como pastores, urgimos que se depongan intereses personales y de grupos para favorecer el diálogo paciente, que exige condiciones de respeto, tolerancia, escucha y voluntad para lograr un modelo de seguridad social para todos los ciudadanos y ciudadanas.
“El diálogo se presenta siempre como instrumento insustituible (…), sea en las relaciones internas de los Estados como en las internacionales”. (Homilía de S.S. Juan Pablo II en la celebración del Jubileo de los Gobernantes, Parlamentarios y Políticos 5 de noviembre 2000). Dialogar no equivale a claudicar.
“Creemos por justicia que el ser humano está por encima de cualquier institución, ella está al servicio del hombre y la mujer. ¿No sería necesario establecer un sano equilibrio entre salvar la institución y el futuro de los asegurados?” (Comunicado de la CEP, 5 de junio 2005). Ante un problema humano no se pueden adoptar soluciones inhumanas.
Recomendamos aprovechar los acuerdos del diálogo anterior sobre la Caja del Seguro Social, promovidos por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y los aportes recibos de otras instancias.
Cerrarse al diálogo equivale a renunciar a la paz verdadera que no consiste en la victoria, sino en el logro de un acuerdo. Pasemos de las protestas a las propuestas, en aras del bien común.
Este diálogo, del cual somos observadores y garantes, no puede fracasar. Está en juego el futuro de la patria.
4. ACUERDO ENTRE LA SANTA SEDE Y LA REPÚBLICA DE PANAMÁ PARA LA ATENCIÓN DE LOS MIEMBROS DE LA FUERZA PÚBLICA Y SUS FAMILIAS
El pasado primero de julio, la Santa Sede y la República de Panamá firmaron un Acuerdo con el fin de mejorar la atención espiritual de los miembros católicos de la Fuerza Pública y sus familias, con una pastoral especializada, dirigida a quienes “por condiciones peculiares de su vida”… necesitan una concreta y específica forma de asistencia espiritual. (Constitución Apostólica Sp.MC. y Concilio Vaticano II, -Christus Dominus, n. 43).
Esta asistencia religiosa, y no militar, que tiende al crecimiento cristiano de los miembros católicos de la Fuerza Pública, y que además abarca los campos de la pastoral familiar y la pastoral juvenil, la ha venido prestando en Panamá la Conferencia Episcopal, desde hace más de diez años, a través de un Obispo Delegado, no sin dificultades y limitaciones, que ahora, con el Acuerdo se pretenden superar.
Este Acuerdo firmado, se hace eco de las palabras del Papa Juan Pablo II: “contemplad a Cristo, que os llama a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad. Sed hombres y mujeres de paz. Y, para poder serlo plenamente, acoged en vuestro corazón a Cristo, autor y garante de la paz verdadera. Él os ayudará a poneros… al servicio de los grandes valores de la vida, la justicia, el perdón y la libertad” (Jubileo de los Miembros de las Fuerzas de Policía, el 19 de noviembre de 2000).
5. CAMPAÑAS DE PROMOCIÓN: EVANGELIZACIÓN Y CORRESPONSABILIDAD
En los meses de julio y agosto se realizan la
s Campañas de Promoción Arquidiocesana y Diocesanas en sus fase de evangelización y ofrendas. Sintámonos todos corresponsables en la misión, funcionamiento y financiamiento de la Iglesia.
No se trata sólo de ofrecer algo como limosna, que para algunos es dar aquello que sobra o que no cuesta. Pensemos más bien en el esfuerzo que debemos hacer por los ideales y valores que realmente importan. Si el Evangelio puede transformar el mundo, necesitamos multiplicar con creatividad y audacia los medios y formas de anunciarlo para que sea conocido y vivido por todos.
Tengamos presente que hay muchos proyectos urgentes que, sin nuestro apoyo, no podrán realizarse en la comunidad que alimenta nuestra vida religiosa y social.
Animamos y agradecemos a los miles de voluntarios que hacen posible la eficacia de esta campaña.
6. AGRADECIMIENTOS
Agradecemos los aportes de los diversos estamentos de la sociedad: gobierno, empresarios, trabajadores de la construcción, educadores, médicos y políticos que durante esta semana han compartido con nosotros sus inquietudes y propuestas. Asimismo agradecemos a nuestros más cercanos colaboradores: sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y laicos, que nos han acompañado con sus oraciones.
Que Santa María la Antigua ilumine nuestro caminar en estos momentos que vive Panamá. Que sea Ella nuestro modelo para “escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica” (Lc. 8, 21).
Panamá, 8 de julio de 2005
+ Óscar Mario Brown Jiménez
Obispo de Santiago de Veraguas
Presidente de la C.E.P
+ José Dimas Cedeño Delgado
Arzobispo Metropolitano de Panamá
Vice-Presidente de la C.E.P.
+ José Domingo Ulloa Mendieta, o.s.a.
Obispo Auxiliar de Panamá
Secretario General de la C.E.P.
+ José Luis Lacunza, o.a.r.
Obispo de David
+ Fernando Torres Durán
Obispo de Chitré
+ Uriah Ashley
Obispo de Penonomé
+ Carlos María Ariz, c.m.f.
Obispo de Colón-Kuna Yala
+ Pedro Hernández Cantarero, c.m.f.
Obispo del Vicariato Apostólico de Darién
+ José Agustín Ganuza, o.a.r.
Obispo Prelado de Bocas del Toro
+ Pablo Varela Server
Obispo Auxiliar de Panamá
+ Audilio Aguilar Aguilar
Obispo Electo de Colón