ROMA, martes, 26 julio 2005 (ZENIT.org).- En el Policlínico Gemelli de Roma, dependiente de la Universidad del Sagrado Corazón, existe el Banco de las Células Madre de Cordón Umbilical, cuya actividad es coordinada por el profesor Giuseppe Leone, director del Instituto de Hematología de la Universidad Católica de Roma, junto al profesor Salvatore Mancuso, director del Departamento para la Tutela de la Mujer y de la Vida Naciente.
Este Banco cuenta con un certificado que garantiza el respeto de los estándares internacionales en todas las fases del proceso de producción.
De este modo, cualquier paciente que sea genéticamente compatible con una de esas unidades de sangre del cordón umbilical conservadas en un Banco de cualquier parte del mundo podría recibir una unidad de sangre del cordón umbilical para ser utilizada con objetivos de trasplante.
Desde 1995 funciona una red internacional que permite encontrar a un donante gracias a un archivo informático en el que se encuentran los datos de donantes de médula o de sangre de placenta de todo el mundo.
Zenit ha entrevistado al profesor Leone y al profesor Mancuso, quienes revelan cuál es el estado actual de la aplicación clínica de las células madre adultas, técnica éticamente recomendable, pues no implica la eliminación de embriones.
–A quien dice que las células madre de embriones y no las que proceden del cordón umbilical son la respuesta a enfermedades como la leucemia o de la sangre en general, ustedes, ¿ qué responden?
–Profesor Leone: Ante todo, hablemos desde un punto de vista clínico: las células procedentes de embriones nunca han sido utilizadas y ciertamente no han demostrado capacidades terapéuticas. Por el contrario, las células madre del adultos al igual que las del cordón, han demostrado su validez en los trasplantes de médula, por ejemplo, en el caso de enfermos de talasemia, o de niños con leucemia. En estos momentos, no hay ningún paciente que se haya curado con células madre embrionales. Esto hay que aclararlo.
A quienes dicen que la ética quita una «posibilidad» de curación [al censurar el uso de células madre embrionales que implican la eliminación de un embrión humano ndr.], habría que decir que más bien que quita como máximo una «esperanza». Pero si queremos hablar de esperanza, entonces podemos experimentar con embriones animales. Una vez que hayamos estudiado los embriones animales podremos decir algo, habremos comprendido algo más. No veo por qué motivo haya que utilizar en estos momentos embriones humanos. Independientemente de cualquier problema ético, primero se estudia al animal.
–Profesor Mancuso, las mujeres, ¿reciben información sobre la posibilidad de donar el cordón umbilical a uno de estos bancos?
–Profesor Mancuso: Cada vez más. Cuando vienen a dar a luz a nuestro departamento, piden donar la sangre del cordón umbilical por ese espíritu de solidaridad que se está difundiendo cada vez más. Ahora bien, no se pueden recoger todos los cordones umbilicales y conservarlos para la donación, pues se requieren unos requisitos mínimos sobre la historia familiar de ambos cónyuges.
Es necesario que el embarazo llegue a su término, pues hay toda una serie de contraindicaciones. Podemos recoger para donaciones entre el 30 y el 35 por ciento de los cordones umbilicales de los partos que tienen lugar en nuestro departamento. Pero gran parte de la sangre del cordón umbilical que se recoge sirve para la investigación.
En estos momentos, hay un gran interés por la investigación, no sólo en nuestro departamento, sino también en hematología, cardiología, neurología, pues las células madre adultas tienen una versatilidad extraordinaria y en realidad son reparadoras. Son esas células que tenemos cada uno de nosotros y que en el cordón umbilical tienen características, incluso desde el punto de vista inmunitario, que hacen que sean más versátiles todavía. Son células con una gran capacidad reparadora.
–¿Durante cuánto tiempo se pueden conservar estas células?
–Profesor Mancuso: Me atrevería a decir que se pueden conservar hasta el infinito. Hoy hay células conservadas desde hace treinta años que en gran parte mantienen su capacidad para ser utilizadas. La comunidad científica en varios centros de investigación en este momento busca conservarlas in vitro y multiplicarlas in vitro, pues la cantidad de células madre que se pueden recoger de un cordón no son tan elevadas.
–Profesor Leone, ¿qué aplicaciones concretas se han lo grado hasta hoy con estas células?
–Profesor Leone: Se han aplicado sobre todo a pacientes con leucemia aguda, con talasemia, con linfomas, o con inmunodeficiencias congénitas. Estas enfermedades experimentan beneficios en estos momentos con el trasplante de células madre del cordón umbilical. Obviamente la investigación trata de ir más allá. La sangre del cordón nos puede dar esperanzas para otras patologías. Ahora hay esperanzas para las cardiopatías.
–Cuando usted dice que se «experimentan beneficios», ¿a qué se refiere?
–Profesor Leone: En el caso de leucemia aguda, hay un cierto número de pacientes que se cura, en el caso de talasemia, el porcentaje es más elevado. En el caso de inmunodeficiencias, se alcanza el 70 o el 80 por ciento de curación. En e caso de la leucemia, estamos entre el 35 y el 40%. Es decir, hablamos de curación.