Antes lo había hecho con las víctimas del huracán «Stan», sobre todo en la diócesis de Tapachula, Chiapas, y en algunas regiones pastorales de Oaxaca y Veracruz, afectadas hace tres semanas por el paso del meteoro.
Según indica una carta dirigida a todos los católicos y a la jerarquía del país, el vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y arzobispo de Morelia, monseñor Alberto Suárez Inda, «desde el viernes pasado el huracán «Wilma» de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson afectó considerablemente a los Estados de Yucatán y Quintana Roo».
«Hasta el momento –agrega la carta– se reportan oficialmente 7 muertos, 700,000 damnificados y 35,000 turistas atrapados en los refugios, numerosos daños a hoteles, viviendas y demás inmuebles».
«Las comunidades anegadas no cuentan con servicio de luz y teléfono, además de la necesidad de alimentos y agua. La difícil situación se ha acentuado con los saqueos que se han presentado en la zona. El equipo de Emergencias de la CEPS-Caritas Mexicana se ha trasladado a la zona de desastre para realizar la evaluación de daños y acompañar los procesos de las Iglesias particulares en la fase de la atención a la emergencia», añadió el arzobispo de Morelia.
«Somos consientes de que nuestras Iglesias se han estado solidarizando con nuestros hermanos afectados por el huracán «Stan» en Chiapas, sin embargo hoy queremos invitarlos a redoblar este esfuerzo solidario ahora con nuestros hermanos afectados por el huracán «Wilma»».
Por esta razón la CEM ha invitado a los cardenales, obispos, sacerdotes y laicos de México, a hacer un esfuerzo extraordinario y coordinar la recaudación de recursos económicos y canalizarlos a través de la cuenta número 100, sucursal 746 del banco Banamex, a nombre de Cáritas Mexicana IAP.
Hasta el momento, indicaron fuentes consultadas por Zenit–El Observador, la ayuda está fluyendo desde todos los rincones del país y de diversos lugares del extranjero.
La situación en la isla de Cozumel, en Cancún, Playa del Carmen y la Riviera Maya es desesperada. Miles de personas han perdido todo por el paso de «Wilma», el ciclón más grande de la historia en el Atlántico.