CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 28 octubre 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI participará en los ritos conclusivos de la beatificación de ocho mártires españoles de la persecución religiosa que tuvo lugar durante la guerra civil, según ha informado «Radio Vaticano».
Se trata de María de los Ángeles Ginard Martí, de la Congregación de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, y Josep Tápies y seis compañeros, presbíteros y mártires.
La celebración tendrá lugar en la Basílica de San Pedro este sábado 29 de octubre, a las cinco de la tarde.
Por encargo del Santo Padre, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal José Saraiva Martins, que presidirá la Santa Misa, leerá la carta apostólica con la que el Papa incluirá entre los beatos a estos ocho mártires.
Benedicto XVI venerará las reliquias de los nuevos beatos, dirigirá unas palabras a los presentes e impartirá la Bendición Apostólica.
Los siete sacerdotes de la diócesis de Urgel asesinados a causa de su fe católica, durante la persecución que tuvo lugar en Cataluña durante los años treinta, fueron encarcelados en la ciudad de La Pobla de Segur (Lérida) y fusilados en la puerta del cementerio del vecino pueblo de Salàs de Pallars el día 13 de agosto de 1936, según informa la biografía distribuida por la Santa Sede.
Sus nombres inscritos son:
–Josep Tàpies i Sirvant, nacido en 1869 en Ponts, que era beneficiado organista de La Pobla de Segur.
–Pascual Araguàs i Guàrdia, nacido en 1899 en Pont de Claverol, y que era párroco de Noals (provincia de Huesca).
–Silvestre Arnau i Pasqüet, nacido en Gòsol en 1911, el más joven de todos, y que era vicario parroquial de La Pobla de Segur.
–Josep Boher i Foix, nacido en 1887 en Sant Salvador de Toló, y párroco de La Pobleta de Bellveí.
–Francesc Castells i Brenuy, nacido en 1886 en La Pobla de Segur, párroco de Tiurana y ecónomo del Poal.
–Pere Martret i Moles, nacido en 1901 en La Seo de Urgel, que era ecónomo de la Pobla de Segur.
–Y Josep-Joan Perot i Juanmartí, nacido en 1877 en Boulogne (Toulouse – Francia) que entonces era el párroco de Sant Joan de Vinyafrescal.
«Son un grupo de sacerdotes diocesanos, pastores de parroquia, que dieron su vida por Cristo y por amor a los hermanos, regalando el perdón a sus verdugos, viviendo aquellos momentos tan trágicos con sentimientos de unión con la Pasión del Señor y de amor a la Madre celestial, la Virgen de Ribera, tan querida en La Pobla de Segur, a la que saludaron desde el camión que les conducía al martirio diciéndole con amor: «Adiós, Virgen de Ribera, ¡venimos al cielo!»», sigue diciendo la biografía vaticana.
«Sufrieron un duro interrogatorio en La Pobla, se negaron a disimular que eran sacerdotes, o a profanar su sotana, celebraron la santa misa y defendieron hasta que pudieron el templo parroquial para que no fuera profanado el santísimo Sacramento, se encaminaron a ser fusilados con ánimo firme y llenos de piedad», afirma el documento.
Según esta biografía, «fueron sacrificados por el mero hecho de ser sacerdotes, sin que pudieran acusarles de ninguna otra causa. Al llegar al lugar de la ejecución, uno se descalzó para subir hasta las tapias del cementerio, imitando a Jesús, que subió descalzo al Calvario».
«Otro regaló a sus verdugos todo el dinero que llevaba porque a él ya no le haría falta. Y todos murieron ayudándose a ser fieles, perdonando a sus verdugos y gritando: «¡Viva Cristo Rey!»», concluye la narración biográfica.
[Es posible leer la biografía de la otra mártir, María de los Ángeles Ginard Martí, en el servicio informativo de Zenit, 27 de octubre de 2005].