«Me es grato saludar cordialmente a los peregrinos de lengua española presentes en la oración mariana del Ángelus, entre ellos los participantes en la procesión del Señor de los Milagros», dijo el Santo Padre poco después de mediodía, al saludar a las decenas de miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
La procesión del Señor de los Milagros se ha convertido en los últimos años en una de las expresiones de fe más características de los católicos latinoamericanos inmigrados en Roma, en particular de los peruanos.
La procesión comenzó en la iglesia de San Juan de los Florentinos, del otro lado del río Tíber, cerca de la Vía de la Conciliación, y recorrió esos cientos de metros hasta llegar al Vaticano, ante la mirada interesada de los numerosísimos peregrinos y turistas que inundaban la ciudad en esa mañana de sol.