SANTIAGO, 2 de noviembre de 2005 (ZENIT.org).- Más de 70 mil jóvenes de todo Chile fueron protagonistas este sábado de la 15ª Peregrinación al Santuario de Santa Teresa de Los Andes, que en esta ocasión se convirtió también en una celebración de la canonización de san Alberto Hurtado.
La cumbre de la celebración fue la Eucaristía en la que el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago, invitó a los jóvenes a tener «un corazón lleno de generosidad, transparente para ver a Dios en todas las personas», según informa la Vicaría de la Esperanza Joven del arzobispado de la capital.
Por ello, dijo, «vamos a los santuarios, porque buscamos a Jesús para ser amigos suyo tal como lo fueron Teresita y Alberto».
El vicario de la Esperanza Joven, el padre Galo Fernández explica que «con esta actividad hemos querido vivir una gran fiesta de la santidad, cerrando así las celebraciones de la canonización de san Alberto»
Y agrega que «pudimos acoger el legado de dos testigos incondicionales del Señor, distintos y complementarios en su modo de vivir la fe, armonizando ambos el servicio y la oración, y eso es tremendamente atractivo y desafiante para los jóvenes».
Los jóvenes atravesaron 27 kilómetros desde Chacabuco al Carmelo, recorrido de mucho esfuerzo y alegría , que según los organizadores querían ser «un símbolo de lo que es la vida juvenil comprometida con Cristo».
El arzobispo de Santiago invitó a los jóvenes a «seguir los pasos de los santos chilenos para construir el Reino de Dios, trabajando porque nuestro país sea una patria verdadera y justa».
