MÉXICO, 9 de noviembre de 2005 (ZENIT.org–El Observador).- En el marco de la Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) trascendió este martes que la Procuraduría General de la República habría reabierto las investigaciones sobre el asesinato del arzobispo de Guadalajara, el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
El crimen, ocurrido el 24 de mayo de 1993 en el garaje del Aeropuerto Internacional de Guadalajara, sacudió las estructuras sociales de México y puso en tensión las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado mexicano. La herida, a decir de muchos obispos, no ha cicatrizado.
Desde entonces, como declaró este martes el obispo auxiliar de México y encargado por la CEM de las relaciones con el Estado mexicano, monseñor Abelardo Alvarado Alcántara, existen «dudas y muchos puntos oscuros» no tan sólo en la investigación sino, sobre todo, en el esclarecimiento de los móviles presuntamente políticos que llevaron a los sicarios de una banda de narcotraficantes a acribillar al cardenal Posadas Ocampo, su conductor y seis personas más que resultaron muertas en la balacera que se desató en el estacionamiento del aeropuerto.
Desde entonces los obispos, encabezados por el sucesor del cardenal Posadas, el cardenal Juan Sandoval Íñigüez, han pedido a la Procuraduría General de la República que el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, fuera llamado a declarar acerca de lo que sabía del asesinato.
Este martes, la Procuraduría, aunque ve «lejano» el momento, abrió –por vez primera– la posibilidad de llamar a declarar a Salinas de Gortari. Monseñor Álvarado Alcántara dijo, a nombre de los obispos, que si este citatorio contribuye a esclarecer el caso, los obispos del país lo ven con muy buenos ojos.
En tanto, el secretario de Gobernación (ministro del Interior), Carlos Abascal Carranza, subrayó, tras reunirse con los obispos en la sede de la CEM de Lago de Guadalupe, que la determinación de citar al ex mandatario Carlos Salinas de Gortari, es ejemplo de que «en este país seguimos avanzando en la construcción del estado de derecho y de que todos somos iguales ante la ley».
Durante la conferencia de prensa celebrada este martes por la tarde, el arzobispo de Yucatán, monseñor Emilio Berlié Belaunzarán, recordó que los obispos mexicanos, en especial el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, han pugnado todo este tiempo «porque se agoten todas las líneas de investigación sobre el crimen».
En tanto, en Jalisco, el portavoz del arzobispado de Guadalajara, Adalberto González González, dijo al periódico «La Jornada» que la Iglesia católica no está conforme con saber que quien mató al prelado fue la «señora confusión».
En ausencia del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien se encuentra participando en la Asamblea episcopal, el portavoz consideró positivo que esta vez se esté citando a declarar al ex presidente y a sus principales colaboradores, como al ex secretario de Gobernación Patrocinio González Garrido y al ex procurador general de la República Jorge Carpizo McGregor.