Lanzó el purpurado su advertencia hablando de la deuda de las naciones de baja renta en el congreso «Aún estamos en deuda, África no puede esperar», organizado por la Comisión diocesana Justicia y Paz en colaboración con Italia-África, el Ayuntamiento de Génova y la Fundación Justicia y Solidaridad.
El domingo pasado se hacía eco «Radio Vaticana» de las palabras del purpurado en aquel marco: «La deuda de hecho se convierte en usura cuando daña el derecho inalienable a la vida, esto es, todos aquellos derechos que no han sido concedidos al hombre, sino que le pertenecen por naturaleza».
El cardenal Bertone también expresó su crítica hacia los «tecnócratas, especialmente los de las multinacionales, del Banco Mundial y del Fondo Monetario, que imponen a las poblaciones pobres condiciones inaceptables, como la esterilización obligatoria o la obligación de cerrar las escuelas católicas».
Subrayó igualmente la condena por parte de la Iglesia católica hacia la usura, definiéndola como «un homicidio indirecto cuando provoca la muerte favoreciendo miseria y pobreza».
Recordó que la deuda pesa 6 mil dólares sobre cada niño nacido en las naciones de baja renta y que la mitad del Producto Interno Bruto de aquellos países se utiliza en pagar los intereses.