El artista que lo ha realizado, Ulisse Sartini, en declaraciones a «Radio Vaticano», ha explicado: «Al realizar el retrato, me he concentrado sobre todo en el rostro y en los ojos, tratando de plasmar su mirada, siempre sonriente».
Benedicto XVI pudo ver esta obra, ofrecida por la Fundación «Por la Música y el Arte Sagrado», al final de la audiencia general de este miércoles.
Se trata de un mosaico de forma redonda («clípeo») que continuará con la serie de retratos pontificios conservados en la Basílica.
Con motivo de la exposición del mosaico se celebró el último concierto del IV Festival Internacional de Música y Arte Sagrada, interpretado por los «Wiener Philharmoniker» dirigidos por Seiji Ozawa, que ejecutaron la sinfonía número 9 y el «Te Deum» de Anton Bruckner.
Según el lugar de la Basílica asignado al mosaico, Benedicto XVI mira hacia el altar, vestido con ornamentos litúrgicos y los símbolos del pontificado.