La primera universidad católica de Italia tras la segunda guerra mundial

Habla el padre Scarafoni, rector de la Universidad Europea de Roma

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ROMA, martes, 10 enero 2006 (ZENIT.orgEl Observador).- Este martes el cardenal Camillo Ruini, obispo vicario del Papa para la diócesis de Roma, inauguró la Universidad Europea de Roma, la primera universidad católica creada en Italia tras la segunda guerra mundial.

La Universidad, que se encuentra en el mismo campus del Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum», es dirigida por los Legionarios de Cristo. Cuenta con reconocimiento civil y comenzó los cursos el pasado octubre de 2005 con tres facultades: Derecho, Ciencias Históricas y Psicología.

La universidad forma parte de una red internacional de 18 universidades y centros de estudios superiores en Italia, Francia, España, Suiza, Estados Unidos, México, Brasil y Chile.

El rector de la Universidad, el padre Paolo Scarafoni L.C., ha explicado a Zenit-El Observador la razón de ser de una universidad católica que quiere contribuir con al avance de la ciencia y la cultura contemporáneas, desde la fidelidad al Magisterio de la Iglesia.

–¿Cuál es el sentido de fondo de la universidad, sobre todo al tratarse de una universidad civil?

–Padre Scarafoni: Tenemos en Roma el Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum» que ya ofrece una formación en distintos campos de la ciencia y las materias clásicas a sacerdotes, seminaristas, religiosos, y a quienes deseen ser formados en cuestiones como bioética, cuestiones en las que la Iglesia tiene mucho que decir. Esa vocación a enfrentar la problemática del hombre de hoy, hace casi natural el esfuerzo de poder crear una Universidad civil que extienda en la sociedad la posibilidad de intervenir como una institución católica en áreas decisivas.

–¿Podría considerarse esta Universidad civil como un apostolado de la Universidad Pontificia?

–Padre Scarafoni: Sí, es propio de una institución de la Iglesia intervenir en la cultura y en la formación de aquellas generaciones y de aquellos sectores de la sociedad que van a dirigirla mañana.

–Italia, ¿tiene necesidad de una institución como la Universidad Europea de Roma?

–Padre Scarafoni: En Italia, como en todos los países de Europa, hay una grandísima necesidad de intervenir, como católicos en el campo de la cultura y la formación. Porque aunque haya muy buenas instituciones, la presencia católica es limitada.

–¿Cómo definiría usted esta «presencia católica»?

–Padre Scarafoni: A dos niveles. Dentro de las universidades, que haya católicos que operen dentro de ellas. Y, también, institutos que, siendo católicos, se proponen para que los que quieran, puedan formarse en un ambiente claramente católico. Nosotros, sin renunciar a nuestra identidad, hemos querido dar el paso de hacer esta presencia pública. Esto no sólo es deseable: ojalá hubiera veinte más.

–¿Se concibe la Universidad Europea de Roma como una «hija» del Ateneo Pontificio?

–Padre Scarafoni: Yo prefiero hablar de sinergia. Vamos a vivir siempre en cercanía estrecha, en la misma sede. Las dos tendrán, naturalmente, espacios distintos. Pero esto no quita que haya cursos en los que puedan participar las dos universidades.

–¿Se trata de abrir la Universidad eclesiástica a la sociedad?

–Padre Scarafoni: Sí, sería un error pensar en un espacio cerrado, aunque debe ser muy bien identificado para que cada quien esté en su lugar. El seglar tiene que participar plenamente de todo lo que puede venir de una institución católica. En este sentido, puede ser muy provechosa esta colaboración.

–¿Cumplirá con todas las especificaciones de las universidades de los Legionarios de Cristo?

–Padre Scarafoni: En este momento, las 18 universidades de los Legionarios de Cristo están formando una red que se ayudan y se apoyan mutuamente, en varios campos: intercambios de alumnos, de profesores, de programas. Y perseguir en un frente común el ideal de formación: estar centrados en el estudiante. Este es el líder de mañana. Tiene que ser un hombre que busque el Reino de Dios, también, totalmente preparado. No queremos hombres que se cierren sobre lo material, que solamente busquen la ganancia. Deben buscar el bien de los demás.

–¿Los profesores tendrán que ser católicos?

–Padre Scarafoni: Sí. Y habrá una serie de cursos y encuentros para que ellos también puedan formarse en la visión católica.

–¿Cuál será la dimensión social del alumno que entre a esta Universidad Europea de Roma?

–Padre Scarafoni: Tendrá que prestar un servicio social en el que aplique, con gratuidad, aquello que estudia. Esa es la condición para vivir la vida como una vocación y una misión. El voluntariado, la acción social es muy importante para nosotros. Lo mismo que la asistencia espiritual, todo lo que es propio del cristiano, la atención personal con un tutor que se encargará de enseñar al alumno a estudiar, a aplicar los estudios y seguirlos en acciones de voluntariado y a ayudar al estudiante a encontrar, al salir de la carrera, un lugar de trabajo.

–¿Se piensa reproducir este modelo en otras capitales europeas?

–Padre Scarafoni: Eso se lo dejamos a la Providencia de Dios. Sin embargo, Europa necesita buscar sus raíces humanas y cristianas. Por ejemplo, el fracaso de la Constitución europea, por votación popular, está demostrando que una Europa que no tenga en cuenta sus raíces cristianas, no es el camino. La gente no soporta que, de repente, se le quite el suelo.

–¿Con qué carreras inician y cuándo abre sus puertas la Universidad Europea de Roma?

–Padre Scarafoni: Abre con Derecho, Ciencias Históricas y Psicología. Es lo que podemos ofrecer mejor al mercado. Y también son carreras olvidadas por la enseñanza cristiana.

[Más información en http://www.unier.it]

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ZENIT Staff

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