CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 29 enero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI presentó este domingo a los adolescentes a Cristo como «gran entrenador de la paz», poco antes de dejar simbólicamente en libertad dos palomas desde la ventana de su estudio.
Junto al Papa se encontraban dos muchachos de la Acción Católica de Roma y otros cinco mil le escuchaban sin perderse una palabra desde la plaza de San Pedro en un mediodía lluvioso.
Este encuentro era muy querido por Juan Pablo II y, de hecho, la foto en la que el 30 de enero de 2005 liberó dos palomas se convirtió en la más famosa de los últimos días de su pontificado.
La escena fue también curiosa en esta ocasión. El Papa y los dos niños liberaron a las dos palomas, pero una de ellas pronto volvió a introducirse en el estudio del Papa, quien no pudo contener sus espontáneas risas.
«La palma quiere quedarse con el Papa, pero encontrará la libertad», dijo con tono divertido.
La cita de los muchachos de la Acción Católica con el Papa se celebra en el último domingo del mes de enero, «el mes de la paz», pues comienza con la Jornada a ella dedicada.
En su saludo a los muchachos, que estaban acompañados por el cardenal Camillo Ruini, vicario del Papa para la diócesis de Roma, Benedicto XVI les dijo: «Sé que os habéis propuesto «entrenaros en la paz» guiados por el gran «entrenador», que es Jesús».
«Por este motivo –concluyó–, os confío a vosotros, muchachos de la Acción Católica, la tarea que he propuesto a todos en el mensaje del 1 de enero: aprended a decir y a hacer siempre la verdad, de este modo os convertiréis en constructores de paz».
Los 5.000 muchachos de la Acción Católica participaron en los «Cien metros por la paz», que tenían lugar al inicio de la Vía de la Conciliación hasta concluir junto a la plaza vaticana.
El lema de esta iniciativa, promovida también por el Centro Deportivo Italiano, era «Si te entrenas en la paz, eres el atleta que nos gusta».
Junto a la carrera se organizó una recogida de fondos que se destinarán al Centro Deportivo de Albania, surgido en 1997 gracias a la Acción Católica.