Ataque contra la nunciatura apostólica en Bagdad

El nuncio apostólico, monseñor Filoni, explica la situación

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BAGDAD, martes, 31 enero 2006 (ZENIT.org).- «Gracias a Dios sobrevivimos», confiesa el arzobispo Fernando Filoni, nuncio apostólico en Irak, tras el ataque con coche bomba que tuvo lugar este domingo contra la nunciatura de Bagdad, así como contra otras seis iglesias del país.

Por disposición de Juan Pablo II, esta nunciatura fue una de las pocas que quedaron abiertas cuando comenzaron a caer las bombas sobre la capital, al inicio de las operaciones militares de la segunda guerra del Golfo.

Monseñor Filoni, de 59 años, ha sido durante estos años tan difíciles para los cristianos iraquíes la presencia física de la solidaridad de toda la Iglesia católica. Para manifestar esta cercanía, después de la guerra, la nunciatura no ha quedito adoptar particulares medidas de seguridad. Quizá por este motivo se convirtió en un objetivo de los terroristas.

En esta entrevista concedida al diario «Avvenire», el arzobispo explica lo sucedido.

–¿Es la primera vez que sucede?

–Monseñor Filoni: Sí, sí, un coche bomba, totalmente desintegrado, está ahí fuera. Ha derrumbado una parte del muro del jardín y ha roto cristales de las ventanas. Gracias a Dios, daños limitados.

–Un atentado contra la representación diplomática vaticana. ¿Qué piensa usted? ¿Ha sido planificado?

–Monseñor Filoni: Creemos que sí, pues al mismo tiempo han tenido lugar los atentados contra iglesias en Bagdad y Kirkuk.

–¿Hemos vuelto a agosto de 2004, cuando se dio una serie de sangrientos atentados contra la comunidad cristiana? ¿Hay una estrategia detrás?

–Monseñor Filoni: Hay elementos parecidos. El día, por ejemplo: el domingo cristiano. Las explosiones tuvieron lugar a la hora en la que los fieles iban a la Iglesia. Y se han realizado en serie. Si analizamos estos hechos, nos damos cuenta de que hay muchos parecidos.

–Estos atentados contra los edificios de culto, la nunciatura, muestran que la situación es difícil e insegura…

–Monseñor Filoni: La situación es insegura, y sigue siendo difícil, muy, muy difícil. Se ha agravado por el hecho de que aumentan las amenazas contra los cristianos, contra los eclesiásticos. Siguen teniendo lugar los secuestros. Todo esto hace que la situación sea totalmente precaria.

Por lo que se refiere a los atentados del domingo, algunos ven una relación con la profanación de la figura de Mahoma que ha tenido lugar en Dinamarca. Obviamente, en los países islámicos hay mucha fogosidad. También aquí, en Irak, hay muchas peticiones, incluida la del jefe religioso chií Moqtada al-Sadr, para que intervenga el Papa. En este momento hay un ambiente de excitación.

–Monseñor Filoni, ¿se han adoptado medidas para proteger la nunciatura?

–Monseñor Filoni: La calle en la que tuvo lugar la explosión ha sido cerrada al tráfico, y ha aumentado la presencia de la policía. Después, veremos…

–El clima de miedo y de caos aumenta día tras día…

–Monseñor Filoni: Indudablemente para nuestros cristianos se convierte en un motivo de ulterior preocupación. Si pudieran, muchos de ellos se irían del país.

–Los jefes religiosos de la comunidad islámica, ¿qué dicen?

–Monseñor Filoni: Algunos manifiestan solidaridad. Con motivo de la Navidad, muchos han enviado sus felicitaciones al Santo Padre, a la nunciatura apostólica. Ciertamente, estas personas, iluminadas, no son las que causan preocupación. Los temores proceden de ambientes muy diferentes.

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ZENIT Staff

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