ROMA, jueves, 4 mayo 2006 (ZENIT.org).- «Oh, Dios mío» («Oh, Mein Gott») fue el titular de portada del periódico alemán «Die Tageszeitung» el día posterior a la elección de Joseph Ratzinger como obispo de Roma.
Un año después de aquella exclamación, que denotaba una preocupación negativa, los titulares de los periódicos del país natal de Joseph Ratzinger han señalado lo «beneficioso» que ha sido la elección de un papa alemán.
En Alemania se da un renacer de la fe, aumentan los estudiantes de teología, los bautizos de adulto, disminuyen los abandonos a la fe y crecen las reincorporaciones, según constata un estudio realizado por Vicente Poveda Soler, corresponsal de la principal Agencia de Noticias alemana, «DPA».
Poveda, que es licenciado en Filología Alemana y Ciencias Políticas en la Universidad de Colonia, explicó en el quinto Seminario Profesional de Oficinas de Comunicación de la Iglesia celebrado en la Universidad de la Santa Cruz del 27 al 29 de abril que «los principales críticos de Ratzinger se encontraron siempre en Alemania» pero «aun así, en Alemania, la elección de Benedicto XVI ha generado un nuevo acercamiento hacia la figura del pontífice y ha sido analizada ampliamente por la prensa como un importante paso de cara a la rehabilitación total del país sesenta años después de la liberación de Auschwitz, el suicidio de Hitler y el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)».
El periodista ofreció numerosos ejemplos para ilustrar este cambio: «Wir sind Papst» («Somos Papa») fue el titular con el que abrió en portada después de la elección el diario «Bild», que dispone de 11 millones de lectores y al que por ello se le atribuye un gran potencial para crear opinión. La Sociedad de la Lengua Alemana eligió el «Somos Papa» como la segunda expresión más importante del año 2005, tan sólo superada por «Bundeskanzlerin», el femenino de «canciller federal» tras la elección de Angela Merkel.
El corresponsal en lengua española en Berlín de DPA señaló que «los políticos más importantes del país, desde Merkel, hasta el presidente Horst Koehler o el entonces canciller Gerhard Schroeder, hablaron de «orgullo» por la elección de Ratzinger, pese a que todos ellos eran protestantes».
Además, observó que incluso «los presentadores de televisión más populares del país, como Harald Schmidt o Stefan Raab, reconocieron leer las obras del Papa, cuyas ventas se dispararon después de la elección».
Poveda Soler, que también tiene un postgrado en Comunicación Institucional por la Academia Alemana de Relaciones Públicas de Francfort, insistió en el cambio que ha sufrido la imagen del pontificado.
Antes existía un «ambiente negativo contra la Iglesia oficial –«Amtskirche»–, es decir, «Roma»» y se daba una «fuerte presencia mediática de católicos críticos: el grupo «Wir sind Kirche», Hans Küng, Eugen Drewermann».
El cambio más significativo del Papa ha sido el de pasar de ser visto como «guardián de la fe» a ser percibido como «pastor». Por ejemplo el «Süddeutsche Zeitung» decía el 22 de abril del 2006: «Benedicto apuesta por la concentración y la contemplación. Allí donde su predecesor trataba de buscar la amplitud, Benedicto XVI trata de ganar en profundidad, de ir al núcleo. Y ese núcleo no es para Joseph Ratzinger la Iglesia o la jerarquía eclesiástica, sino la fe».
Poveda resaltó la «belleza de la fe» y la «humildad y la bondad reales» del Papa, subrayadas por los periódicos alemanes a un año de la elección pontificia.
En Alemania se ha captado que Benedicto XVI es «un Papa para todos, también para los no católicos», explicó, y enumeró como factores determinantes para este cambió el hecho de que desde el final del pontificado anterior los medios alemanes comenzaron a ver en Roma las colas y la presencia internacional en el funeral y en la misa de inicio de pontificado.
También comentó el encuentro del Papa con Hans Küng y la reacción de éste último a la encíclica «Deus caritas est»: «El Papa Ratzinger ofrece en estilo imparcial un sólido material teológico sobre «eros», «agape», «amor» y «caritas» sin caer en teorías falsas. Es una buena señal».
Además, citó la reacción de Uta Ranke-Heinemann, primera mujer con cátedra de teología en Alemania que perdió la licencia docente por oponerse a la virginidad de María: «En la catedral de mi corazón siempre ha ardido una vela por el cardenal Ratzinger. Fue el único obispo que me escribió en tono amistoso después de que me quitaran las licencias», dijo después de la elección papal esta teóloga.
En Alemania este clima de recuperación de la confianza en la Iglesia y su Papa se ha traducido por aumento de interés sobre temas religiosos, una fuerte caída en el número de abandonos a la Iglesia (en el año 2005 abandonó una tercera parte la Iglesia con respecto a la cifra del año anterior, cuando las defecciones habían sido 101.252), un aumento de las reincorporaciones (en una tercera parte) y bautizos de adultos y estudiantes de teología.
Otros indicadores son el «boom» de ventas de los libros del Papa, y el hecho de que el nombre Benedicto se ha puesto de moda entre los padres que tienen niños (ha pasado del puesto 50 al 37), tal y como señaló Poveda.