El cardenal Lozano ilustra la acción de la Iglesia católica en la lucha contra el sida

NUEVA YORK, lunes, 5 junio 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención del cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, presentada ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que se analizaron los progresos alcanzados en el cumplimiento de las metas fijadas en la Declaración de Compromiso sobre el VIH/SID, el 2 de junio pasado.

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Sr. Presidente:
Me honro en ser portador del saludo de su Santidad Benedicto XVI a todos los que están empeñados en la lucha contra el VIH/SIDA. El Papa abriga una gran preocupación por el avance de la pandemia y garantiza la continuidad e incremento del trabajo que la Iglesia católica lleva a cabo para frenar esta desgracia.

Desde el inicio de la pandemia del SIDA la Iglesia católica la ha combatido desde los niveles médicos, sociales y espirituales. El 26.7% de los centros en el mundo para tratar enfermos de VIH/SIDA están dentro de la Iglesia católica. Nuestro trabajo versa sobre la capacitación de profesionales de la salud, prevención, cuidado, asistencia y acompañamiento tanto de los enfermos como de sus familias.

Caritas Internacional reporta trabajar en 102 países. Según las respuestas a nuestra encuesta que realizamos en la Santa Sede se nos reportan acciones contra la pandemia en 62 países: 28 de África, 9 de América, 6 de Asia, 16 de Europa y 3 de Oceanía. Además del personal local (religioso y no religioso) se distinguen en el ramo Congregaciones y Asociaciones internacionales tales como las Vicentinas, Caritas Internacional, Comunidad de San Egidio, Camilianos, Juaninos, Jesuitas, religiosas de la Madre Teresa, el Hospital del Niño Jesús de la Santa Sede y los Farmacéuticos católicos. La acción de la Santa Sede y de la Iglesia católica jamás se encierra en sí misma sino que va dirigida a promover y reforzar el sentido indispensable de pertenencia y responsabilidad que cada país debe fuertemente desarrollar en cada fase de respuesta de la pandemia.

Las principales acciones que realizamos en la formación se refieren a los profesionales de la salud, a los sacerdotes, religiosas y religiosos, a los mismos enfermos, a las familias y a la juventud. En la prevención insistimos en la información y educación hacia conductas dirigidas a evitar la pandemia. Somos conscientes de que el papel de la familia en el campo de la formación y de la educación es indispensable y eficaz. La educación e información las damos también a través de documentos, conferencias e intercambios de experiencias y prácticas. Para el cuidado y asistencia de los enfermos acentuamos la capacitación de médicos y personal para médico, de capellanes y voluntarios; combatimos el estigma, facilitamos el diagnóstico, el “counselling” y la Reconciliación. Proveemos los antiretrovirales, los medicamentos para evitar la transmisión vertical materno filial y el contagio sanguíneo. En el ramo de la atención y acompañamiento al enfermo evitamos los contagios, atendemos a huérfanos y viudas, a los presos, ayudamos a la reintegración social de estos enfermos y colaboramos con los Gobiernos y demás Instituciones que se ocupan de la pandemia, tanto a nivel ecuménico como civil.

En el aspecto económico el anterior Papa Juan Pablo II creó la Fundación “El Buen Samaritano” para atender a los enfermos más desprotegidos y ahora en especial a los enfermos de SIDA. Hasta la fecha hemos facilitado antiretrovirales a 18 países: 13 de África, 3 de América y 2 de Asia. En estos países hemos repartido el dinero recibido de católicos de 19 países, tanto de África misma, como de América, Asia y Europa.

Para mayor información de lo expuesto, presentamos un folleto que ofrecemos a la Asamblea y que se encuentra en los lugares destinados a ello en este recinto.

Gracias, Sr. Presidente.

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ZENIT Staff

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