CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 14 junio 2007 (ZENIT.org).- El desarrollo para que sea tal debe ser integral, es decir, abarcar a todas las dimensiones de la persona, pues «a menudo, la verdadera pobreza del hombre es la falta de esperanza», aclara Benedicto XVI.
Fue el mensaje que dejó este martes al Consejo de Administración de la Fundación Pontificia «Populorum Progressio» para las poblaciones indígenas, afroamericanas y de campesinos pobres de América Latina, que se ha reunido en estos días en Roma.
«El desarrollo de los pueblos debe tener como principio pastoral una visión antropológica global de la persona humana», algo que definió según los Estatutos de la Fundación con el término «promoción integral».
Citando el número 42 de la encíclica «Populorum Progressio», publicada hace 40 años por Pablo VI, el Papa aclaró: « No hay, pues, más que un humanismo verdadero, que se abre al Absoluto en el reconocimiento de una vocación que da la idea verdadera de la vida humana» (n. 42).
La «promoción integral», aseguró, «tiene en cuenta el aspecto social y material de la vida, así como el anuncio de fe, la cual da al hombre el sentido pleno de su ser».
«A menudo –aseguró–, la verdadera pobreza del hombre es la falta de esperanza, la ausencia de un Padre que dé sentido a la propia existencia».
«Con frecuencia, la raíz más profunda del sufrimiento es precisamente la ausencia de Dios», concluyó.