El patriarca ortodoxo de Moscú quiere cooperar con Roma

Para recuperar los valores y raíces cristianas

Share this Entry

MOSCÚ, viernes, 15 junio 2007 (ZENIT.org).- La cooperación entre la Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica tendría implicaciones importantes para el futuro de Europa, considera el patriarca ortodoxo de Moscú y de todas las Rusias, Alejo, II.

«Esta cooperación es sumamente importante en el continente europeo, que tiene profundas raíces cristianas. Desgraciadamente, estas raíces cristianas hoy están siendo sometidas al olvido o incluso son oprimidas», afirmó el patriarca, según informa Interfax, en un encuentro que mantuvo este jueves en Moscú con el cardenal Peter Erdo, presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa.

Ese mismo jueves, el cardinal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, manifestó desde Roma su esperanza ante la posibilidad de que el próximo año pueda darse un encuentro entre Benedicto XVI y el patriarca.

Los intentos de imponer una mentalidad secularizada en la sociedad, que margina a la religión de los asuntos públicos son muy activos en estos días en Europa, dijo Alejo II.

«Creo que la cooperación entre nuestras Iglesias está enriquecida por posiciones similares en muchas cuestiones importantes, como la globalización, el papel de la religión en la sociedad, los derechos y la dignidad humana, los valore familiares, la demografía, la bioética, y otros muchos», afirmó.

Alejo II reconoció que en ocasiones las relaciones entre el Patriarcado de Moscú y la Iglesia católica no siempre han sido buenas. «Creo que estas relaciones pueden mejorarse con el apoyo del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa», dijo.

El cardenal Erdo, arzobispo de Esztergom–Budapest, primado de Hungría, ha revelado que su encuentro con el patriarca fue «muy cordial».

Basándose en los valores fundamentales, ha explicado a «Radio Vaticano», «nuestra convicción común fue que sin Dios nuestra visión de la realidad objetiva no es completa, y si sólo existe el mundo, el universo, pero no existe Dios, entonces el universo no tiene valor y todo el discurso sobre los valores pierde su sentido».

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }