ASÍS, domingo, 17 junio 2007 (ZENIT.org).- Desde la ciudad de san Francisco de Asís, Benedicto XVI lanzó este domingo un llamamiento al diálogo «responsable» en Oriente Medio para superar la violencia en Tierra Santa, Irak y el Líbano.

«Considero que es mi deber lanzar desde aquí un apremiante y sentido llamamiento para que cesen todos los conflictos armados que ensangrientan la tierra», confesó. «¡Que se callen las armas y que por doquier el odio ceda al amor, la ofensa al perdón y la discordia a la unión!».

El Papa, que este domingo peregrinó a Asís para recordar los ochocientos años de la conversión de San Francisco, lanzó su llamamiento desde la Plaza inferior de San Francisco, al rezar la oración mariana del Ángelus, tras presidir la eucaristía dominical.

«Sentimos espiritualmente aquí presentes a todos los que lloran, sufren y mueren a causa de la guerra y de sus trágicas consecuencias, en cualquier parte del mundo --continuó diciendo--. Nuestro pensamiento se dirige en particular a Tierra Santa, tan querida por san Francisco, a Irak, al Líbano, a todo Oriente Medio».

El obispo de Roma reconoció que «las poblaciones de esos países experimentan, desde hace ya demasiado tiempo, los horrores de los combates, del terrorismo, de la violencia ciega, la ilusión de que la fuerza pueda resolver los conflictos, la negativa a escuchar las razones del otro y hacerles justicia».

Según él pontífice, «sólo un diálogo responsable y sincero, sostenido por el generoso apoyo de la comunidad internacional, podrá acabar con tanto dolor y volver a dar vida y dignidad a personas, instituciones y pueblos».

Pidió a Dios, por intercesión de san Francisco, «hombre de paz», que se multiplique el número de personas que «aceptan convertirse en “instrumentos de su paz” a través de miles de pequeños actos de la vida cotidiana».

«Que quienes tienen cargos de responsabilidad estén animados por un amor apasionado por la paz y por una voluntad indómita por alcanzarla, escogiendo los medios adecuados por alcanzarla», deseó.

El obispo de Roma aprovechó la ocasión para saludar a los «exponentes de las demás confesiones cristianas y de las demás religiones que en 1986 acogieron la invitación de mi venerado predecesor», Juan Pablo II, «a vivir, aquí, en la patria de san Francisco, una Jornada Mundial de Oración por la Paz».

El Papa Karol Wojtyla convocó otras dos jornadas de oración por la paz en Asís. La última se celebró el 24 de enero de 2002, tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos del año precedente.