ROMA, domingo, 28 octubre 2007 (ZENIT.org).- La explosión de tecnología en los medias hace necesario que tanto los padres como la sociedad estén más atentos a los peligros a que se enfrentan los niños. Esta es la advertencia contenida en un informe de título «Good Servant, Bad Master: Electronic Media and the Family» (Buen Sirviente, Mal Amo: los Medios Electrónicos y la Familia), publicado el 15 de octubre por el Instituto Vanier para la Familia de Ottawa, Canadá.
La autora, Arlene Moscovitch, ha revisado la investigación canadiense e internacional sobre los media y, en su informe, reconocía la aportación positiva de los mismos, puesto que son una fuente útil de educación y entretenimiento. Igualmente, las nuevas tecnologías ayudan también a las familias a estar en contacto con mayor facilidad.
Al mismo tiempo el informe ponía en guardia ante algunas consecuencias más negativas.
— Quienes más usan los medios electrónicos, en todos los grupos de edad, pasan menos tiempo interactuando con sus parejas, hijos y amigos.
— Los investigadores temen que la exposición excesiva a los media entre los niños más jóvenes pueda traer consigo problemas de control de la atención, comportamiento agresivo y un pobre desarrollo cognoscitivo.
— Con el aumento de los problemas de obesidad y diabetes entre los niños, resulta una preocupación que la vasta mayoría de los anuncios de alimentos durante los programas infantiles sean de alimentos con alto contenido de azúcar, sal y grasas.
— Muchos padres están preocupados porque sus hijos pasan largos periodos de tiempo conectados y la clase de cosas a las que están expuestos.
Exceso de tecnología
Moscovitch observaba que según la Asociación de Consumidores de Electrónica de Norteamérica, el hogar medio de Estados Unidos tiene una media de 26 aparatos electrónicos diferentes para comunicación y mass media. En Canadá sólo el 1% de la población poseía un reproductor de DVD en 1998, actualmente están presentes en el 80% de los hogares.
También en Canadá, el 94% de los jóvenes tienen acceso a Internet en casa. La mitad de los estudiantes de undécimo grado y, aunque sorprenda, el 20% de los de cuarto grado tienen su propio ordenador conectado a Internet, separado y aparte del de la familia.
El 44% de los jóvenes canadienses utilizan sus móviles para navegar por Internet, y el 22% tienen webcams.
Citando datos de una encuesta sobre dedicación de tiempo llevada a cabo en 1995 por el organismo del gobierno Statistics Canada, el informe indicaba que los canadienses de 15 años o más pasaban sólo 2 horas al día viendo la televisión, en comparación con las 3 que pasaban en 1998.
El consumo de radio ha permanecido relativamente estable entre 1998 y 2003, en cerca de 3 horas al día, pero se dedican de 30 a 45 minutos más al día al uso del teléfono, y el tiempo en Internet ha aumentado.
Un estudio con 5.000 jóvenes llevado a cabo por el Media Awareness Network descubrió que, en un día normal de fin de semana, los estudiantes canadienses pasaban – muchas veces de forma simultánea – 54 minutos enviando mensajes; 50 minutos bajándose contenidos y escuchando música; 44 minutos jugando a juegos online; y sólo 30 minutos haciendo las tareas del colegio.
En general, en Canadá y Estados Unidos, cada vez más jóvenes pasan menos tiempo con los medios escritos y de televisión, y más tiempo con medios interactivos como los móviles, los videojuegos y los ordenadores conectados a Internet. Además, esta actividad mediática tiene lugar cada vez más en sus propios cuartos, en vez de los espacios comunes de la familia.
Niños en riesgo
Una de las principales razones del informe del Vanier Institute es cuánto están expuestos los niños a los medios. Moscovitch citaba un estudio reciente que mostraba que el 50% de los niños y preescolares de Estados Unidos viven en hogares con tres o más aparatos de televisión, el 97% tienen ropa o juguetes basados en personajes de los medios y tres cuartas partes comparten su espacio vital con un ordenador.
La Academia Norteamericana de Pediatría recomendaba no dedicar tiempo alguno a la pantalla para los niños de menos de dos años; no obstante, un estudio del 2003, sobre los hábitos mediáticos de los niños de Estados Unidos desde su nacimiento hasta los seis años de edad, mostraba que casi el 70% de los niños con menos de dos años pasaban una media de dos horas al día viendo programas de televisión o vídeos. De hecho, el 26% de los niños con menos de dos años tenían un aparato de televisión en su dormitorio.
Otros informes recientes confirman el efecto deletéreo de la televisión para los jóvenes. El 27 de mayo, el Boston Globe informaba que un estudio de investigadores pediátricos mostraba que cerca del 40% de los bebés de tres meses veían televisión o vídeos una media de 45 minutos al día, o más de cinco horas a la semana.
El estudio se basaba en 1.009 entrevistas telefónicas al azar con familias de Minnesota y Washington, y se publicó en la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.
Esta exposición tan temprana puede tener, según los investigadores, un impacto negativo en el desarrollo cerebral del bebé y poner a los niños en un alto riesgo de problemas de atención y disminución de la comprensión lectora.
Páginas sociales
El Vanier Institute informaba que los medios de comunicación cada vez son más activos y con una orientación social. Un estudio de 2005 sobre jóvenes canadienses llevado a cabo por la Media Awareness Network mostraba que, entre los jóvenes, el 28% tienen su propia página web, el 15% tienen diarios online y blogs, y, en noveno grado, el 80% de los adolescentes escuchan música online y envían mensajes diariamente.
A finales de 2006, el 55% de todos los adolescentes de Estados Unidos utilizaban redes sociales como MySpace y Facebook, y el 55% había creado su perfil online.
Los peligros de las páginas sociales de contacto fueron confirmados por un informe con fecha del 14 de octubre, publicado por el Pew Internet and American Life Project.
El estudio titulado «Teens and Online Stranger Contact» (Adolescentes y el Contacto Online con el Extraño) informaba que el 32% de los adolescentes online había sido contactado por alguien sin conexión alguna con él o con alguno de sus amigos, y el 7% de los adolescentes online afirmaban haber sentido miedo o incomodidad como resultado de contactar con un extraño online.
Según el estudio, aquellos que han colgado fotos de sí mismos o creados perfiles en las páginas de contactos sociales es más probable que sean contactos online por personas que no los conocen.
Entre los adolescentes que han sido contactados por alguien que no conocen, es más probable que sean las chicas las que informe de haber sentido miedo o incomodidad como resultado del contacto.
Preocupación de los padres
Muchos padres, observaba el informe del Vanier Institute, se inquietan por el impacto de los medios en sus hijos. Las inquietudes incluyen no conocer con quienes contactan sus hijos, qué tipo de canciones escuchan, y si han caído en la tentación como el juego online y la pornografía. Además, muchos padres no son muy duchos en las tecnologías que emplean sus hijos.
Sin embargo, los padres pueden influir en los hábitos mediáticos de sus hijos. El informe recomienda algunos pasos.
— Limitar el número de aparatos individuales y sacarlos de los cuartos a los espacios comunes.
— Limitar los tiempos en que son usados. Por ejemplo, no tener encendida la televisión durante todo el tiempo, especialmente en las comidas.
— Limitar también el tiempo total que los niños pasan al día con sus aparatos.
— Plantear normas sobre dar información personal o visitar ciertas páginas d
e Internet.
— Ayudar a los niños, especialmente a los más jóvenes, a distinguir entre fantasía y realidad hablándoles sobre el contenido que encuentran en los medios.
— Discutir con los niños sus experiencias en Internet y preguntarles sobre sus juegos, las páginas que crean y la forma en que interactúan socialmente.
Formar conciencias
El informe también recomendaba que los padres ayudaran a instruir a sus hijos en los valores que necesitan, y no sólo dejarlos escoger a través de los valores que transmiten los medios. Al hacerlo los jóvenes estarán más preparados para juzgar críticamente la información y los fines que vienen de los medios.
«Los usuarios deben imponerse moderación y disciplina respecto a los mass-media», recomendaba el No. 2496 del Catecismo de la Iglesia Católica. «Han de formarse una conciencia clara y recta para resistir más fácilmente las influencias menos honestas».
Por el padre John Flynn, L. C.