MORELIA, viernes, 3 octubre 2008 (ZENIT.org-El Observador).- Después de los condenables atentados en la ciudad de Morelia, Michoacán, perpetrados la noche del 15 de septiembre, la Iglesia diocesana, particularmente su arzobispo, monseñor Alberto Suárez Inda, ha estado al pendiente de la evolución de hechos, alentando a la ciudadanía en general a no perder la esperanza.
A tres semanas del acto terrorista, en el que criminales ligados con el narcotráfico lanzaron dos granadas sobre la multitud congregada en una plaza pública de Morelia, conmemorando el inicio de la Independencia de México, atentado que dejó un saldo de 8 personas muertas y 132 heridos, el arzobispo de Morelia nos ofrece una reflexión.
–¿Cómo es el clima social que se percibe en Morelia después del atentado? ¿Qué ha dejado este acontecimiento?
–Monseñor Suárez Inda: Definitivamente es un ambiente de tristeza y cierto miedo que estamos tratando de sanar, invitando a la confianza, a la corresponsabilidad para ver cómo reconstruir este tejido social a partir de la familia, la escuela.
Desgraciadamente este acontecimiento es un signo de algo más profundo: una descomposición donde, desgraciadamente, prevalece la ambición, no se respeta la vida y hay una lucha feroz por el poder de parte de los criminales.
Es preocupante que precisamente el día de la Patria, se haya provocado esta herida grande de quienes no construyen sino destruyen. Morelia resiente esto como una desconfianza de la gente; como se sabe, ésta es una ciudad eminentemente turística y si hay miedo y desconfianza va a haber más pobreza, menos empleos. Pedimos a Dios que nos ayude a superar esto, con la solidaridad de todo México y con la labor inteligente y firme de nuestros gobernantes.
–Para nadie es un secreto que Michoacán vive, desde hace algunos años, un sostenido estado de violencia ¿A qué atribuye que se haya llegado a esta situación?
–Monseñor Suárez Inda La hipótesis más creíble de este hecho es que hay grupos peleando entre sí, que quieren ocupar los territorios como si fueran dominios de ellos. También muchos creen que se trata de una reacción de los criminales que se sienten acorralados, perseguidos por una estrategia más enérgica del gobierno, es como patalear, como decir que no se rinden.
Hemos tenido noticias de aseguramiento de muchas armas, detención de criminales, y en este sentido puede ser un grito desesperado de gente que siente que va perdiendo. Pero mantenemos la esperanza de que esto se supere.
–Usted ha tenido la oportunidad de ofrecer la Eucaristía por las víctimas de este acto, ¿Qué mensaje ha enviado al pueblo michoacano?
–Monseñor Suárez Inda Hemos celebrado algunas misas por las víctimas y sus deudos, desde el mismo 16 de septiembre. El día 23 nos reunimos todos los obispos de la Provincia Eclesiástica de Michoacán en la Catedral de Morelia para celebrar la Eucaristía y alentar a los fieles; contamos con la presencia de autoridades civiles y muchos fieles. También celebramos la Misa en la fiesta del templo de La Merced, donde afuera, en el atrio, explotó el segundo artefacto.
En esas ocasiones hemos ofrecido nuestra oración por las víctimas, por los difuntos, por la sanación de los heridos. He pedido a los fieles que confíen en que nuestras autoridades, con la colaboración de los ciudadanos en todo lo que conduzca a la justicia, puedan llevar adelante esta labor de atención a las víctimas y de investigación de los hechos para castigar ejemplarmente a los culpables.
Por otro lado, he hecho un llamado a todos a la conversión. Dios no se olvida de nosotros, nosotros somos los que le hemos dado la espalda al Señor; también he hecho una invitación muy cordial y vibrante para que realmente tengamos un sentido patriótico. Estamos preparándonos para el bicentenario del inicio de la Independencia: no se trata nada más de recordar hechos pasados sino de recuperar las ideas y ser una familia fraterna, solidaria, donde la libertad sea algo de lo que podamos gozar en un marco de respeto a los derechos.
–¿Qué signos de esperanza encuentra en medio de este terrible acontecimiento?
–Monseñor Suárez Inda: Realmente este acto de terrorismo acto ha sido algo que ha sacudido no solamente a la ciudad. He recibido muchos mensajes de condolencia y testimonios de solidaridad de los obispos de toda la República. Agradezco al señor Cardenal Rivera su mensaje; al Santo Padre su condolencia y cercanía en este sentido.
Algún fruto de toda esta maldad: que esto nos una para sentirnos más fuertes en este espíritu de apoyo mutuo.
Por Gilberto Hernández García