GINEBRA, viernes 12 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- “No hay excusas” para los abusos sexuales a menores por parte de miembros del clero, y este gravísimo comportamiento se afronta con decisión porque debe “resolverse definitivamente”.
Lo declaró el arzobispo Silvano Maria Tomasi, representante permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otros organismos internacionales en Ginebra.
Monseñor Tomasi intervino este miércoles en la 13ª sesión del Consejo para los Derechos Humanos sobre derechos de los niños.
Los abusos sexuales a menores constituyen “un crimen odioso”, afirmó, como informa Radio Vaticano.
A una “clarísima condena de la violencia sexual contra los niños y los jóvenes”, explicó, el Papa “ha añadido la dimensión religiosa, recordando que el abuso también es un grave pecado, que ofende a Dios y a la dignidad humana”.
“La integridad física y psicológica de los menores se viola con consecuencias destructivas”, señaló.
Y recordó que varios estudios han demostrado que los niños que han sufrido abusos han estado después más expuestos a problemas como “embarazos en la adolescencia, falta de un hogar, drogodependencia y alcoholismo”.
“La protección de las agresiones sexuales está en lo alto de la lista de prioridades de todas las instituciones eclesiásticas que luchan para acabar con este grave problema”, indicó.
“Las medidas concretas para garantizar la transparencia y la asistencia a las víctimas y a sus familiares son la manera de aliviar la pena, el dolor y la confusión provocados por los abusos”, añadió.
Monseñor Tomasi constató que, en los últimos años, “sacerdotes, religiosos y agentes laicos católicos, en diversos países, han sido acusados de abusos a menores y muchos han sido también condenados”.
“No hay excusas para este comportamiento”, afirmó.
En este contexto, “la comunidad católica continúa sus esfuerzos para resolver definitivamente este problema”, aseguró.
El representante de la Santa Sede explicó que “los culpables de esos crímenes son inmediatamente suspendidos del ejercicio de sus funciones y tratados según la normativa civil y el derecho canónico”.
Según monseñor Tomasi, la prevención es “la mejor medicina”.
Por eso, son necesarios “educación y promoción de la cultura del respeto de los derechos humanos y de la dignidad de todo niño, especialmente a través del uso de métodos eficaces para la contratación del personal escolar”.