NUEVA YORK, domingo 14 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- La fraternidad es el medio que puede promover la superación de la actual crisis económica mundial, sostiene el arzobispo Celestino Migliore, nuncio apostólico y observador permanente de la Santa Sede ante la ONU.

El prelado intervino en el encuentro organizado este miércoles en la sede de la ONU en Nueva York por la Misión permanente de la Santa Sede y de la Fundación "Path to Peace" sobre el tema "La globalización: nos hace vecinos, toma la igualdad entre hombres y mujeres. ¿Puede también establecer la fraternidad? A la luz de la encíclica "Caritas in veritate".

El de la fraternidad, explicó el arzobispo Migliore, es "un principio que siempre ha caracterizado la doctrina social de la Iglesia".

Actualmente, señaló, "es determinante para superar con éxito la actual crisis económica, volver a fundamentar la economía sobre bases sólidas y garantizar una equitativa redistribución de la riqueza".

"El concepto de la fraternidad, en economía, nos ayuda a superar la dicotomía casi inexpugnable entre el "for-profit" y el "non-profit" y se expresa en la disponibilidad para concebir el beneficio como un instrumento para lograr la finalidad de humanización del mercado y de la sociedad", reveló.

Durante el encuentro, explicó monseñor Migliore, "esta idea innovadora ha sido ilustrada con un documental sobre varias iniciativas llevadas a cabo en este sentido en el ámbito de la economía civil o de la comunión de la que habla la "Caritas in veritate", la encíclica social de Benedicto XVI.

Ésta última "es a menudo citada cuando se argumenta que economía y ética no son inconexas", constató el arzobispo.

Pero, continuó, su "aspecto innovador" no es simplemente haber destacado la relación entre economía y ética, sino también haber abierto nuevos horizontes y alentar el establecimiento de una economía civil o de comunión que supera la mera lógica del beneficio".

Según monseñor Migliore, "éste es un trabajo a largo, larguísimo plazo" porque "presupone una cultura de las relaciones humanas que debemos fomentar cada vez más".

"Presupone, propiamente por nuestra parte, una comprensión inteligente y activa, también en términos políticos y jurídicos, del discurso del Papa Benedicto XVI sobre la caridad, bien lejano a los consolidados esquemas de pensamiento que la cambian por un puro asistencialismo, limosna, buenas acciones individuales".

"En este ámbito -concluye- se medirá con el tiempo la recepción de la encíclica".