FLORENCIA, domingo, 28 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- La madre Agnese Tribbioli, fundadora en 1927 de la Congregación de las Obreras Piadosas de San José, ha sido declarada «justa entre las naciones» por la obra que desarrolló a favor de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, a quienes les dio refugio en la Casa general del Instituto, salvándolos de la persecución nazi-fascista.
Por este motivo, el pasado 15 de septiembre, la comisión examinadora del Instituto Yad Vashem de Jerusalén estableció que el nombre de madre Agnese Tribbioli fuera incluido en la lista de las personas por quienes Israel reconoce gratitud perenne.
El reconocimiento oficial se realizó en Florencia, Italia, el pasado 18 de marzo en el Palazzo Vecchio. A la ceremonia asistieron la madre Marta Lombardi, actual superiora de la congregación fundada por la madre Agnese, Joseph Levi, gran rabino de Florencia, Gideon Meir, embajador de Israel en Italia, entre otros. El evento fue promovido por en instituto Yad Vashem de Jerusalén.
«Un evento importante que subraya y valora el trabajador silencioso de una mujer sencilla cuyo principio inspirador de su vida consagrada fue siempre la acogida –explica sor Emanuela Vignozzi, vicaria general de esta congregación– y cuya causa de beatificación está en curso».
La vicaria general de esta comunidad aseguró que el reconocimiento como ‘Justa entre las naciones’ de parte de exponentes de otras religiones «significa tener un elemento importante que llega a enriquecer el proceso de beatificación de la madre Agnese Tribbioli».
«La madre –continúa– siempre fue muy humilde, modesta, no contaba nunca lo que había hecho en el transcurso de su vida. También en este caso trabajó silenciosamente, para no alarmar a la comunidad por los riesgos que habría creado esta acción asistencial con los judíos» .
«Si hemos llegado a este reconocimiento -agrega– es gracias al interés de Cesar y Vittorio Sacerdoti, hijo de uno de los numerosos judíos que salvó la madre. En todos estos años han sido promotores de esta iniciativa y han visto como un deber el reconocimiento a la madre que los salvó».
«Ninguno de nosotros se habría esperado un evento tan mediático para una mujer tan silenciosa», observó sor Emanuela.
«Un reconocimiento que fue entregado en la vigilia de la Solemnidad de San José de quien la madre Agnese era tan devota», agrega la vicaria general. «Por ello llamó a la congregación fundada por ella Obreras Piadosas de San José».
«La madre había tomado como ejemplo a San José –subraya–, el hombre del silencio, el hombre que ha trabajado en lo escondido y es parte integrante del carisma de nuestra congregación».
«Encontrarnos en la vigilia de San José con este reconocimiento público, nos honra y nos invita a dar gracias al Señor que nos ha dado esta alegría y esta luz. Ser reconocida ‘justa entre las naciones’ no hace otra cosa que confirmar la santidad de madre Agnese Tribbioli», concluye sor Emanuela.
Por: Nina Serago. Traducción del italiano por Carmen Elena Villa