AREQUIPA, martes 30 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Más de 18.000 personas participaron en el IV “Gran Corso Pasión por la Vida”, una marcha organizada por la Coordinadora Regional por la Vida en Arequipa, Perú, a la que asistió el arzobispo Javier del Río.
“Arequipa hoy ha demostrado que se une para defender el Estado de Derecho de las personas, en contra de los intentos por matar a miles de inocentes en el vientre de su madres”, fue la exhortación final del arzobispo de Arequipa Javier Del Río Alba, al bendecir a los más de 18.000 participantes que marcharon por las principales calles de la ciudad, el sábado 27 de marzo.
Fue el IV “Gran Corso Pasión por la Vida”, que organizó la Coordinadora Regional por la Vida, que agrupa diferentes asociaciones, grupos y ONG’s, que promueven la defensa de la existencia humana, desde su concepción, hasta la muerte natural.
La concentración inicial –informa a ZENIT Sarko Medina, de la Coordinadora Regional por la Vida- fue en el Parque Selva Alegre. Las delegaciones participantes pertenecían a diferentes centros educativos, organizaciones civiles, grupos parroquiales y movimientos laicales de la Archidiócesis, primando las madres gestantes, familias y una inmensa mayoría de jóvenes. Todos ellos llegaron finalmente a la Plaza España, donde se realizó la bienvenida a los grupos y, también, al mediodía, monseñor Del Río ofreció unas palabras a los grupos.
“Es muy fácil destruir una vida, es muy fácil destruir la vida de una mujer, de un hombre, promoviendo la cultura de la muerte que promueve el aborto. Por eso todos ustedes han demostrado hoy que la vida se defiende, con alegría y creatividad”, indicó.
Refirió también como “lamentable” el desacato en que habría incurrido el ministro de Salud, Oscar Ugarte, al desconocer la sentencia del Tribunal Constitucional, sobre la distribución de la llamada “píldora del día siguiente”.
En su momento también saludo y felicitó a todas las familias abiertas a la vida, “que se autoreconocen como colaboradores de Dios en la Creación. En el mismo sentido, saludó a quienes independientemente de su fe también están abiertos a la vida, y sobre todo aquellos que defienden el derecho a la existencia del niño ya concebido, todavía no nacido, como un derecho fundamental del ser humano, establecido en la Constitución Política del Perú.