CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- El prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri, se ha unido a las denuncias de "discriminaciones" sufridas por los cristianos en Oriente Medio en la más "triste indiferencia".
En una entrevista concedida a L'Osservatore Romano, el 24 de marzo, invitó a "respetar los derechos fundamentales" y a una "real libertad religiosa".
También lamentó "la injusticia" que afecta a las Iglesias de Oriente, que "corren el riesgo de morir allí donde nacieron".
El cardenal Sandri invitó a "denunciar con la fuerza benigna del Evangelio las discriminaciones que los cristianos sufren en Oriente Medio".
Y destacó su "gran preocupación" por algunos países como Irak, del que citó el caso de un sacerdote siro-católico de Mosul que ha perdido recientemente a su padre y a sus dos hermanos.
"Los mártires cristianos son verdaderamente innumerables", afirmó. Y lamentó que "parece que muchos países del mundo, sobre todo del Occidente cristiano -al menos históricamente- asisten a su inmolación con una triste indiferencia".
El peligro del integrismo religioso
Entre las consecuencias de estas discriminaciones, destacó las "víctimas inocentes", la "inseguridad" y "el bloqueo de toda tentativa de recuperación social y económica, para una vasta región, que priva a las jóvenes generaciones del presente y del futuro".
El cardenal argentino habló de la "inestabilidad" que se extiende cada vez más y "repercute en la importante diáspora oriental de todos los continentes".
En su opinión, "la violencia mortifica la acción pastoral de la Iglesia, su compromiso en numerosas escuelas, en los centros de asistencia sanitaria y caritativa, siempre abiertos a la población de otras religiones".
"Todo se reduce al flujo incesante de emigrantes que, de Oriente, van al mundo entero", afirmó.
Las "Iglesias más antiguas" se ven afectadas: "corren el riesgo de desaparecer allí donde nacieron", advirtió.
"Es una injusticia terrible para Oriente, que ve un componente esencial de su identidad religiosa plural reducido a la nada", lamentó.
Si la presencia cristiana en estos países se desvanece, " se instala el peligro, siempre latente, del integrismo religioso con posibles derivas violentas, incluso terroristas", alertó.
Respeto a la libertad religiosa
En esta larga entrevista, el cardenal invitó a la opinión pública y a los responsables de las naciones del mundo, "perdidos a veces en problemas más bien secundarios", a recordar a todos "la urgencia de respetar los derechos fundamentales y, entre ellos, el de una libertad religiosa real".
Las Iglesias cristianas en el mundo, "animadas por una sensibilidad ecuménica e interreligiosa", deberán solidarizarse "para que el máximo número de cristianos posible permanezca en Oriente, como es su derecho y su deber, pero también acogiéndoles cuando se vean obligados a buscar otro país", señaló.
El purpurado se refirió finalmente al próximo Sínodo de los Obispos para Oriente Medio, que se celebrará en Roma del 10 al 24 del próximo mes de octubre.
Celebró esta "primera asamblea que implica directamente a la realidad de Oriente Medio y podrá ser en su conjunto una fuerte palabra de paz en nombre de Cristo".
También expresó su deseo de que permita "recordar la urgencia absoluta de una paz estable basada en un derecho reconocido en el ámbito internacional y que ofrezca a todos, también a los cristianos, las garantías esenciales pero suficientes para una presencia digna en Oriente".
[Por Marine Soreau, traducción del francés por Patricia Navas]