CIUDAD DEL VATICANO, lunes 17 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el Mensaje que la Santa Sede ha hecho hoy público, en el que el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso felicita a los budistas por la Fiesta del Vesakh.
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Cristianos y Budistas honran la vida humana
como base del respeto por todos los seres humanos
Queridos amigos budistas,
1. Con ocasión de vuestra fiesta del Vesakh, el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso dirige sus felicitaciones y deseos cordiales de paz y alegría a todos vosotros desperdigados por el mundo. Que este mensaje pueda contribuir a reforzar los vínculos de amistad y colaboración ya existentes entre nosotros al servicio de la humanidad.
2. Aprovechamos esta ocasión para reflexionar juntos sobre un tema de particular importancia hoy, es decir, la crisis medioambiental que ya ha suscitado notables problemas y sufrimientos en todo el mundo. Los esfuerzos de nuestras dos comunidades por el compromiso en el diálogo interreligioso han contribuido a crear una nueva conciencia de la importancia social y espiritual de nuestras respectivas tradiciones religiosas en este campo. Reconocemos tener un común una manera de considerar valores como el respeto por la naturaleza de todas las cosas, la contemplación, la humildad, la compasión y la generosidad. Estos valores contribuyen a una vida de no violencia, equilibrio, y sobriedad.
3. El Papa Benedicto XVI ha señalado que “los diferentes fenómenos de degradación ambiental y las calamidades naturales… nos reclaman la urgencia del respeto debido a la naturaleza, recuperando y valorando, en la vida de cada día, una correcta relación con el medio ambiente» (Audiencia General, 26 de agosto de 2009). La Iglesia católica considera la tutela del medio ambiente como íntimamente ligada al tema del desarrollo integral de la persona humana y, por su parte, no se compromete sólo en la defensa del destino universal de los dones de la tierra, del agua y del aire, sino que anima a los demás a unir sus esfuerzos para proteger a la humanidad de la autodestrucción. Nuestra responsabilidad en proteger la naturaleza brota, de hecho, de nuestro respeto recíproco y proviene de la ley escrita en los corazones de cada hombre y mujer. En consecuencia, cuando en la sociedad se respeta la ecología humana, saca beneficio de ello también el medio ambiente (cf. Encíclica Caritas in Veritate, n. 51).
4. Cristianos y budistas nutren un profundo respeto por la vida humana. Y por ello es crucial para nosotros animar los esfuerzos dirigidos a crear un sentido de responsabilidad ecológica, y reafirmar al mismo tiempo nuestras convicciones compartidas sobre la inviolabilidad de la vida humana en cada estadio y condición, la dignidad de la persona y la misión única de la familia, en la que se aprende a amar al prójimo y a respetar la naturaleza.
5. ¡Promovamos juntos una correcta relación entre los seres humanos y el medio ambiente! Aumentando nuestros esfuerzos para la creación de una conciencia ecológica para una coexistencia serena y pacífica, podemos dar testimonio de un estilo de vida respetuoso, que encuentra sentido no en tener más, sino en ser más. Que compartiendo las perspectivas y los compromisos de nuestras respectivas tradiciones religiosas, podamos contribuir al bienestar de nuestro mundo.
Queridos amigos Budistas, os renovamos la expresión de nuestros sinceros saludos, augurándoos a todos una feliz Fiesta del Vesakh.
Cardenal Jean-Louis Tauran
Presidente
Arzobispo Pier Luigi Celata
Secretario
[Traducción del original en inglés por Inma Álvarez]