VIÈGE, lunes 6 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Los obispos suizos muestran su preocupación por la “fuerte hostilidad” contra la presencia de los signos religiosos en lugares públicos, y afirman que la prohibición del crucifijo “nunca será una expresión de tolerancia, sino de la intolerancia, pues impide la expresión pública de la fe cristiana.
Así lo afirman en el comunicado final oficial de su 290ª Asamblea ordinaria, celebrada en Viège la semana pasada, y en el que muestran también su solidaridad con los cristianos perseguidos en Oriente Medio.
Los prelados denuncian la existencia de “una fuerte hostilidad recientemenye manifestada contra los signos religiosos en el espacio públic”, y de “una tendencia que pretende confinar la creencia de la gente a la esfera privada”.
La Conferencia Episcopal subraya que la libertad de creencias y de conciencia “es un bien precioso que deben respetar toda comunidad religiosa y todo Estado”.
Esta libertad “permite a los hombres vivir, individualmente o en la comunidad que elijan, conforme a su creencia y conciencia – tanto en privado como en público”.
“De ahí deriva el derecho de dar testimonio y de vivir públicamente su fe a través de signos visibles”, afirma el comunicado.
Además, subrayan los obispos, “la mayoría de la población es favorable a la presencia pública de los signos cristianos, como la cruz y el crucifijo”.
“Esta mayoría reconoce que no se trata de defender antiguos privilegios, sino que a través de la desaparición de estos signos, se corre el riesgo de comprometer los fundamentos cristianos de nuestra sociedad y de nuestra manera de vivir juntos sin coacción”, añade el comunicado.
La Conferencia episcopal afirma también que “la libertad de creencias y de conciencia se garantiza solamente si las declaraciones y los signos de las diferentes convicciones son tolerados de forma recíproca”.
Cristianos perseguidos
En este sentido, los obispos quisieron también mostrar su solidaridad con los cristianos perseguidos en Oriente Medio.
“Las condiciones de vida de los cristianos en los países de Oriente Medio siguen deteriorándose”, deploran los obispos, evocando el sangriento ataque del 31 de octubre pasado en la Iglesia siro-católica de Bagdad.
“Estos actos de persecución no parece que vayan a detenerse”, denuncian, invitando “al mundo político” y a “las comunidades religiosas” a establecer la paz. Recuerdan también que más de 200 millones de cristianos en el mundo son perseguidos o sistemáticamente acosados en razón de su fe.
“Los obispos suizos expresan su gratitud a todas las personas que apoyan a los cristianos oprimidos y perseguidos”, afirman una vez más, recordando que “el apoyo más fuerte de los cristianos es la oración”.
Por ello, invitan a las parroquias del país a celebrar misas u otros servicios religiosos por los cristianos perseguidos y mártires de su fe”.
El comunicado completo (en francés) puede leerse en: http://www.kath.ch/sbk-ces-cvs/text_detail.php?nemeid=126838&sprache=f