FÁTIMA, jueves 16 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Del 13 al 15 de junio , en la Casa Nossa Senhora das Dores, en el santuario de Fátima, Portugal, tuvieron lugar las Jornadas Pastorales del Episcopado portugués (CEP), así como una reunión de su consejo permanente. A este propósito, ayer 15 de junio el cardenal patriarca de Lisboa, presidente del CEP dio una rueda de prensa.
Se leyó un comunicado del consejo permanente de la CEP, a propósito del momento presente de la sociedad portuguesa, en el que los obispos hacen una llamada muy fuerte a todos, particularmente a los cristianos, y declararon “haber evitado tomar una posición sobre las cuestiones de la política directa, preservando así el ministerio espiritual”.
Después de la definición de los portugueses, en las recientes elecciones, sobre el rumbo que desean para Portugal, los obispos no quisieron comentar políticamente los resultados, sino solo llamar la atención “en un momento difícil para el país, con un gran sufrimiento colectivo”, sobre algunas cuestiones.
En primer lugar, los obispos pidieron que se ponga el bien de la sociedad en primer lugar, exigiendo generosidad de todos en la colaboración y aceptación de los caminos necesarios, en el reparto de energías y bienes.
Este momento exige, de todos los portugueses, gran realismo, afirman los prelados: “No hay que resignarse a lo inevitable. Portugal tiene que dar su contribución a una evolución positiva de la Unión Europea y de la zona Euro. Debe de hacerlo, procurando el esfuerzo del equilibrio financiero”.
Por otro lado, afirman, la Doctrina Social de la Iglesia, tiende a la comunidad. La dimensión comunitaria es prioritaria en la visión de la Iglesia. El amor fraterno, con la capacidad del don, es el valor primordial en la construcción de la sociedad.
“Siempre, pero de modo especial en este momento, los pobres, los desempleados, etc deben estar en la primera línea del amor de los cristianos”, afirman. “Este es un deber prioritario de la Iglesia, en colaboración con todos”.
Esta actitud “exige generosidad. Los próximos tiempos van a exigir división y reparto de bienes”. Se trata de crear un dinamismo colectivo degenerosidad, no tanto en el ayudar simplemente como “en ayudar a encontrar soluciones y en una dimensión solidaria”, puntualizó y aclaró en la rueda de prensa de el cardenal José Policarpo.
“Hay asimismo en nuestra sociedad muchas expresiones de egoísmo, que van desde la corrupción al enriquecimiento ilícito. El propio sistema de la justicia tiene que ser un servicio que combata los atropellos… Sin un buen sistema de justicia, ninguna sociedad será verdaderamente justa”, añaden los obispos.
El cardenal añadió que la propia ley no ha sido cumplida, en el tema de la vida, el aborto, etc. Y terminó el comunicado diciendo que “este momento de crisis puede llevarnos a todos a la construcción de una sociedad más fraterna y solidaria. La Iglesia quiere ser la afirmación de la esperanza”.