El pasado 11 de octubre falleció en Roma Erich Priebke, ex oficial de las SS responsable de masacre de las Fosas Ardeatinas en la capital italiana. Desde entonces se despertó la polémica en torno a su funeral.
Dicha masacre ocurrió el 24 de marzo de 1944 por las tropas de ocupación de la Alemania nazi en Roma, en la cual fueron asesinados 335 civiles italianos, como represalia por un atentado de la resistencia en el que murieron 33 alemanes.
Priebke tras la guerra escapó a Argentina. Tras ser descubierto, Italia pidió la extradición que fue concedida por el Gobierno argentino en 1995.
Priebke dijo que obedecía órdenes, pero como el número de fusilados debía ser 330 y él hizo ejecutar a 335, esos cinco más fueron responsabilidad directa suya y pudo se condenado por la Justicia a cadena perpetua, aunque debido a su avanzada edad y por las leyes italianas cumplió con arresto domiciliario hasta su muerte.
El vicariato de Roma, intervino para aclarar que había elegido un camino «diferente del habitual, reservado y discreto»: la oración por el difunto por tanto no en una iglesia sino de forma privada, en la casa que hospedaba sus restos mortales. Cualquier manifestación de homenaje, civil o religioso, habría sido «una intolerable insulto a la memoria de aquellos que cayeron en la lucha de liberación Pdel fascismo y del nazismo».
Por su parte, el presidente de la Comunidad judía de Roma, Riccardo Pacifici declaró que «frente a la muerte de Priebke no se llora y no se ríe porque en ninguno de los dos casos las víctimas podrían regresar, a la vida. Queda la amargura por una figura que no se ha arrepentido nunca de lo que hizo y se manchó las manos de sangre como todas las tropas nazis».
Por otro lado, el presidente de la Unión de la Comunidad judía italiana, Renzo Gattegna ha anunciado una oposición con fuerza a la difusión apologética del testamento de Priebke, en el que según trascendidos, niega el holocausto y elogia al regime Nazi. Lo declaró ayer, lunes 14 de octubre, en un encuentro con el presidente del Consejo italiano Enrico Letta, junto con una delegación de la comunidad judía de Roma y de supervivientes de la Shoah. Así, ha afirmado Gattegna que «hemos hecho sentir con fuerza nuestra voz porque creemos que Roma, la ciudad de las Fosas Ardeatine, no merece el insulto del funeral y de la sepultura de uno de sus máximos verdugos».
Finalmente, el funeral de Erich Priebke se programó para esta tarde en Albano Laziale (Roma), en el instituto Pío X, de los padres lefebvrianos. Y se celebrarán a pesar de la orden del alcalde, Nicaola Marino, que no había permitido el paso del cadaver ex oficial de las SS por el territorio del municipio. Por su parte los seguidores de Lefebre, con un comunicado indicaron que «rechazan el antisemitismo y el odio racial y también el odio en todas sus formas». A su llegada, el coche fúnebre que llevaba el ataúd de Priblke fue abucheado por la gente que se reunió fuera de la villa.