El prelado del Opus Dei, Javier Echevarría encontró este sábado por la mañana a cientos de familias, mayoritariamente residentes en Roma, pero algunas que vinieron a esta ciudad para la Jornada Mundial de la Familia y el encuentro con el papa Francisco en la plaza de San Pedro.
Se lo indicó a ZENIT, uno de los portavoces de la oficina de prensa del Opus Dei, Manuel Sánchez, que precisó como al inicio del encuentro “el prelado le ha pedido a los presentes que recen por el papa Francisco, porque el santo padre no busca nada para sí y en cambio necesita nuestra ayuda, y nuestro afecto”.
En el Gran Teatro de Roma, cercano a Saxa Rubra, las aproximadamente tres mil personas, le plantearon a Mons. Echevarría, preguntas sobre educación, transmisión de la fe y la vida cristiana en Familia, precisó el portavoz.
El dirigente de la oficina de prensa añadió que “el ambiente, a pesar de la gran cantidad de público era muy familiar” y que el prelado respondió a varias preguntas de los presentes y que les invitó a “empeñarse por las periferias del mundo y las que están alrededor nuestro”.
Respondiendo a un universitario de filosofía, el español Echevarría indicó que es necesario “ir entre la gente con la humildad de quien se pone gratuitamente al servicio de los otros, no para enseñar sino para aprender”.
Una pareja de esposos le preguntó qué contribución pueden dar los papás a los hijos y a los otros cónyuges. “Para hacer apostolado con otras familias y con los propios hijos ante todo es necesario ser una pareja feliz, donde el amor crece cada día y se vea como el marido y la mujer se quieran mutuamente”. Y el prelado precisó: “Acuérdense que la vocación matrimonial no tiene ungrado inferior, para quien no fue llamado a la vida consagrada”.
Hacia el final del encuentro con las familias, Mons. Echevarría respondió a una pregunta sobre don Alvaro del Portillo, el sucesor de san José María Escrivá, y que será beatificado en breve. Recordó “que se hacía querer bien por su disponibilidad y simplicidad” y que “una vez cuando era universitario fue agredido al regreso de una catequesis, golpeado en la cabeza con una llave inglesa” y que supo transformar “su sufrimiento en ofrecimiento al Señor”.
Manuel Sánchez añadió que al final del encuentro, Mons. Echevarría se detuvo para saludar a diversos matrimonios con sus hijos, que por la tarde iban a participar al encuentro del papa con las familias.