Los jóvenes neocatecumenales en el Líbano junto al santo padre

Encuentro vocacional en Beirut coincidiendo con la visita papal

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Por Salvatore Cernuzio

ROMA, lunes 24 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Pasaron ya algunos días desde que Benedicto XVI dejó el Líbano, si bien aún se mantiene muy vivo el recuerdo de la calurosa acogida que el pueblo libanés le reservó al pontífice.

En particular en el encuentro con los jóvenes de Bkerké donde 25.000 -entre los cuales numerosos musulmanes- estaban presentes en la plaza situada ante el Patriarcado Maronita, para recibir el mensaje de paz y de esperanza que dio el santo padre.

Entre ellos, una buena parte eran jóvenes del Camino Neocatecumenal, que al día siguiente, domingo 16 de septiembre, se reunieron para el tradicional encuentro vocacional. Nos habló de este encuentro don Gianfranco Vitola, catequista itinerante responsable de Medio Oriente, en la breve entrevista a ZENIT que les proponemos a continuación.

¿Cuántos jóvenes del Camino Neocatecumenal estaban presentes en el encuentro con el santo padre en Bkerké?

Don Gianfranco Vitola: En la cita con el pontífice participaron unos 250 jóvenes que pertenecen al Camino Neocatecumenal. Tal número estaba condicionado por el hecho que las invitaciones eran limitadas para cada movimiento y que había también un límite de edad que iba de los 16 a los 35 años.

¿Después del encuentro con el papa se realizó la habitual cita vocacional de las comunidades neocatecumenales?

Don Gianfranco Vitola: Sí, el encuentro se realizó en el campo deportivo de una escuela católica en la población de Rumieh, cerca de Beirut, la tarde del domingo 16 de septiembre, último día del viaje papa.

Kiko Arguello, el fundador del movimiento, no estaba presente pues estaba empeñado en la convivencia en Italia, en Puerto San Jorge, con los seminaristas de todo el mundo. El encuentro fue presidido por el equipo itinerante responsable del Líbano. Estaban presentes el corepíscopo Michel Aoun, obispo de Jbeil Byblos de los Maronitas (Libano); el obispo de Kuwait, monseñor Camillo Ballin y el vicario patriarcal copto católico, monseñor Kyrillos Kamal William Samaan.

¿Cómo se desarrolló en encuentro?

Don Gianfranco Vitola: Después de una presentación de los hermanos provenientes desde el exterior -o sea de Iraq, Egipto, Jordania y Chipre, y de los libaneses que venían de Beirut, Bcharre, Zgharta, etc- celebramos una liturgia de la palabra con el anuncio del Kerigma tomado de la segunda carta a los Corintios de S. Pablo. Y enseguida la lectura del evangelio de Juan, en el que Jesús renueva su llamado a Pedro. Justamente este fue el sentido de la proclamación de la Palabra: no vivir más para si mismos sino para Aquel que murió y resucitó por nosotros.

Especialmente porque el llamado de seguir a Cristo no se basa sobre las capacidades humanas, sino en su potencia y su fidelidad.

¿Una clara invitación, por lo tanto, a no tener miedo de donar la propia vida a Cristo. A la luz de esta palabra, cuántos muchachos y muchachas dieron su disponibilidad ‘levantándose’?

Don Gianfranco Vitola: En total se levantaron 20 jóvenes para el seminario y 18 muchachas para el monasterio o evangelización.

<strong>El papa se dirigió directamente a las nuevas generaciones exhortándolas a resistir a las tentaciones y tener confianza en Dios y a ‘trabajar’ por un futuro de paz entre el cristianismo y el islam, pues son el único medio para garantizar tal diálogo. ¿Cómo han recibido los jóvenes del Camino las palabras del pontífice?

Don Gianfranco Vitola: Con gran entusiasmo pero también con gran seriedad, conscientes que todas estas no son puras y simples exigencias éticas, sino el fruto de una verdadera y propia ‘vocación’ para vivir una vida como hijos de Dios, con una ‘ciudadanía’ celeste que supera, en Cristo, todas las contraposiciones que normalmente dividen a los hombres.

¿Cómo han recibido los jóvenes del Camino las palabras del pontífice?

Don Gianfranco Vitola: Con gran entusiasmo pero también con gran seriedad, conscientes que todas estas no son puras y simples exigencias éticas, sino el fruto de una verdadera y propia ‘vocación’ para vivir una vida como hijos de Dios, con una ‘ciudadanía’ celeste que supera, en Cristo, todas las contraposiciones que normalmente dividen a los hombres.

¿Qué frutos trajo por lo tanto la visita de Benedicto XVI al país?

Don Gianfranco Vitola: Es temprano para decirlo con precisión, entretanto se ha notado seguramente una atención más fuerte no solamente hacia los temas estrictamente políticos, sino también y sobre todo a los relacionados con la Nueva Evangelización.

¿Cómo se puede definir la realidad del Camino Neocatecumenal en el Líbano?

Don Gianfranco Vitola: Esa es una realidad pequeña pero fecunda, compuesta por unas treinta comunidades insertadas en parroquias maronitas o griego católicas, ricas de familias abiertas a la vida y con muchos hijos. En Beirut hay además un seminario misionero interritual que ha ordenado ya a once presbíteros encardinados o abscritos en diversas Iglesias católicas de rito oriental.

¿Qué se prevé para el futuro de los neocatecumenales libaneses, teniendo en vista la Nueva Evangelización y del Año de la Fe convocado por el Papa?

Don Gianfranco Vitola: La convicción de no dejarse persuadir por la “mentalidad corriente” que se traduce lamentablemente en la fuga emigratoria de Medio Oriente y en el conformarse a los modelos de comportamiento anticristianos -la así llamada ‘civilización de la muerte’- tan difundida actualmente en el mundo. Además de un renovado empuje misionero por parte de todos los jóvenes, muchachos y muchachas, y de las familias.

Traducido del italiano por H. Sergio Mora

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ZENIT Staff

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