BARCELONA, 3 julio 2003 (ZENIT.org).- «Signes dels temps» («Signos de los tiempos») es un programa religioso semanal que ha cumplido 17 años de andadura. Es emitido por la televisión pública catalana. Su director desde septiembre de 2000, Francesc Rosaura, licenciado en periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, revela
–¿Cuál es la historia del programa «Signes dels temps»?
–Francesc Rosaura: Mira, justamente ahora cumplimos 17 años. Nació en el 86. Es fruto de un acuerdo, un convenio entre el Episcopado catalán y la radiotelevisión pública catalana (Corporació Catalana de Radio i Televisió). Siguiendo un poco el ejemplo que en Madrid también se hizo entre la Conferencia Episcopal y Televisión Española y Radio Nacional: «Pueblo de Dios» y todos los programas que hay… Fruto de aquel esfuerzo, nació de un lado «Signes dels temps» en Televisió de Catalunya y «Paraulas de vida» en Catalunya Radio. Este convenio se mantiene vigente y anualmente se renueva.
— ¿Quién es vuestro público?
–Francesc Rosaura: Según los datos que tenemos del EGM (Estudio General de Medios) nosotros estamos más o menos en unos 50.000 espectadores semanales contando las dos emisiones, ya que nosotros emitimos el domingo por la mañana, a las 9, y nos repetimos por la noche, en la madrugada. Haciendo la media es… unos 50.000 semanales y un 10% de share, de cuota de pantalla. Por tanto, como director, estando en la franja horaria que estamos, me siento satisfecho. Yo siempre digo que tenemos una voluntad muy amplia, estamos en una televisión pública, por tanto somos conscientes de que nos dirigimos a un público lo más amplio posible. No somos un programa de una cadena privada de la Iglesia. Sí, evidentemente, un programa católico, pero nos dirijimos a un público amplio, donde pueda estar tanto la persona creyente que va a misa cada domingo como la persona joven, que quizá esté bautizada y haya hecho la primera comunión pero que pasa de los temas de Iglesia. A nosotros nos interesan todos los públicos…
Hay muchos creyentes que nos ven, que antes de ir a misa, nos miran a nosotros. También hemos detectado una parte de público joven, parejas jóvenes con hijos pequeños. Y es curioso, porque nosotros estamos el domingo por la mañana que es una franja en la que hay mayoritariamente dibujos animados…, y nuestro programa. Por tanto, son gente joven que está levantada ya temprano, y nos conectan y se enganchan un poco. También a veces me he encontrado con gente joven, más joven que yo y que me dice: «Mira, pues el otro día, volviendo de marcha, os miré un momento». Y yo le he preguntado: «¡Vaya!, ¿y cómo es eso?» -Sí, mira, porque no había nada y vosotros estabais hablando con una ONG que está haciendo un trabajo con unas religiosas y, escucha, estaba bien.»
–¿Qué formato utiliza vuestro programa?
–Francesc Rosaura: Es un formato magazine, 45 minutos. Hace ya unos siete u ocho años que apostamos por el formato magazine, que es lo que nos permite mostrar más ampliamente la variedad de la Iglesia, informar de temas de actualidad, testimonios, entrevistas en profundidad, reportajes… Es un poco un formato «container», que te permite dar cabida a todo tipo de elementos…
Tenemos algunas secciones fijas, como, por ejemplo, cada semana, un pequeño comentario del Evangelio: en un minuto, una persona diferente, sea religioso, sea un sacerdote, sea un laico, un profesor, un joven… le pedimos que comente el Evangelio del domingo. También tenemos mensualmente una sección de libros religiosos, una de películas, (de la cartelera que hay: qué destacamos nosotros, qué películas con ciertos valores encontramos…). Tenemos también un colaborador de los santos (qué santos destacamos este mes). Y luego tenemos reportajes en profundidad de entidades, de comunidades religiosas, de una ermitaña que vive no sé dónde, de los inmigrantes en el barrio del Raval… Y lo otro ya son, entrevistas o mini-debates…
–¿Qué busca vuestro programa, qué servicio ofrece a la Iglesia en Catalunya?
–Francesc Rosaura: A ver, «Signes dels temps» tiene un doble objetivo. Por un lado, informar. Que la gente que nos vea esté informada sobre qué hace la Iglesia en Cataluña, lo que hace el obispo, lo que hace la parroquia, el grupo, la ONG, los religiosos, ese grupo de jóvenes que se van al tercer mundo… Y el otro objetivo es comentar la actualidad con ojos cristianos; es decir, temas que están sobre la mesa: la eutanasia, o la pobreza, o la ética, o la guerra… Mirarnos la actualidad con ojos cristianos. Y también, siendo conscientes (y no renunciamos en lo más mínimo a ser un programa católico, de la Iglesia Católica) tenemos una vocación ecuménica inter-religiosa; dentro de los debates, o dentro de las secciones incorporamos periódicamente invitados o elementos referentes a otras confesiones o a otras religiones. Intentamos fomentar este diálogo inter-religioso que desde la misma Santa Sede también se está fomentando.
–¿Quiénes hacéis el programa?
–Francesc Rosaura: El equipo que hacemos el programa está formado por profesionales del periodismo. A nivel de contenidos, pues soy yo como director, tenemos un equipo de tres guionistas y una presentadora, que es Teresa Pou. Este es el equipo que yo escojo o que está más ligado a la Iglesia. Por otra parte está el equipo de producción y realización que son asignados por la televisión.
–¿Cómo encajáis la sección de testimonios?
–Francesc Rosaura: Una de nuestras «obsesiones» es buscar testimonios, porque creo que la televisión, y más todavía actualmente, funciona con historias humanas. La gente lo que busca no es que le metas un rollo sobre un tema, por muy interesante que sea, sino que este tema se lo muestres a través de alguien que lo ha vivido. Un testimonio es mucho más válido. Por tanto a nosotros nos gusta buscar testimonios humanos, que a la luz del Evangelio, hagan cosas interesantes. Por ejemplo recuerdo a una chica africana -hace un año me parece- de Ruanda, ella era católica, creo que era de etnia hutu, que vivió todo el drama del genocidio del 94 en su familia. Ella huyó de la guerra, fue perseguida, caminó miles de kilómetros por su país, vio que la gente moría a su lado y finalmente escapó, y ha escrito un libro con su testimonio y vino aquí a Cataluña. Nosotros la entrevistamos, montamos un video con su testimonio, con imágenes de Ruanda, del genocidio. Quedó una pieza realmente bonita (si se puede decir bonita) muy muy dura. Y ella hablaba de su testimonio y al final le preguntábamos sobre su fe y veías que todo lo que había explicado surgía de algún sitio… Era su fe.
–¿Cómo responde vuestro público?
–Francesc Rosaura: Una vez hicimos un reportaje sobre una entidad que recoge a los sin techo, seguimos a los voluntarios por la calle y se vio lo que hacían. Y al cabo de poco tiempo nos llega una carta del director de la entidad que nos dijo: «os lo agradezco mucho, sólo deciros que hemos recibido de un particular anónimo una donación sobre todo por haber visto vuestro reportaje» (no recuerdo si era un millón de pesetas). Claro, estas son cosas… que sólo por esto ya valdría la pena hacer el reportaje, aunque no lo vieran miles de personas. A veces te lamentas un poco: «no tenemos audiencia, por qué no nos ponen en otro horario…», pero por otro lado ves que como una lluvia fina nuestro programa va calando un poco y te encuentras de vez en cuando con este testimonio, con gente que ha reaccionado y que ha ayudado. Al fin y al cabo, nosotros hablamos de una entidad para que se ayude a esa entidad.
–De cualquier manera, ¿debería la cadena que os acoge apostar por vosotros en otro horario?
–Francesc Rosaura: [Risas] Yo creo que sí, la audiencia que tenemos es lo suficientemente buena para apostar en una doble vertiente, yo diría: económicamente, para que nuestro programa tenga más recursos. Hay veces, por ejemplo, que no tengo el equipo para salir, el redactor que me pueda ayudar… Por tanto estaría bien que Televisió de Catalunya apostase un poco más con recursos económicos. Y ciertamente, también, apostar para un mejor horario; no tanto por un egoísmo personal sino porque creemos que hacemos un producto humano muy interesante, que al margen de la creencia de la persona, puede interesar, puede enriquecer. Yo lo pido siempre; y lo saben los responsables de televisión que lo pedimos. Lo que pasa es que también es complicado…
Todavía hoy, todo lo que huele un poco a religión y a religión católica, da un poco de miedo a los programadores a apostar por ellos, no tanto porque no creen que el producto es bueno sino por lo que pueden decir otros. Estos días, por ejemplo, con el tema de la clase de religión, hemos tenido tantos ríos de tinta: que si unos sí, que otros: «volvemos a…». Yo creo que los programadores tendrían que ser un poco más valientes y dejarse al margen los estereotipos que hay muchas veces falsos en este sentido. Mirando un poco el programa seguramente mucha gente descubriría algo que no se piensa.
— Para algunos, un católico debería aparcar su fe cuando hace periodismo. Tú, ¿qué haces?
–Francesc Rosaura: Mi fe me ayuda a hacer mejor periodismo. Es que la fe, para mí, es una cosa natural. No creo que se tenga que ir con la cruz por delante a la hora de hacer periodismo…, ni esconderla. Por tanto, la fe es lo que impregna toda mi tarea profesional y personal. Por tanto, los valores evangélicos, lo que yo creo, la fe en Cristo, me ayuda a hacer mejor mi trabajo. Que en estos momentos estoy haciendo periodismo religioso…, pero que si hiciera periodismo económico o periodismo deportivo, creo yo que sería el mismo, la misma manera de hacerlo, el mismo talante.
–¿Habéis dedicado algún programa especial a la visita del Papa? ¿Con qué te quedas de su visita?
–Francesc Rosaura: Bueno, nosotros informamos, hicimos un reportaje sobre la visita. A mí me parece extraordinario que una persona de ochenta y tres años, con la debilidad que tiene, todavía siga adelante con su tarea… Y como periodista encuentro extraordinario la fuerza mediática que tiene el Santo Padre. Como periodista, encuentro que es un gran comunicador y lo ha demostrado. Y un millón de jóvenes, pues son un millón de jóvenes. ¿Qué otro acto en España ha reunido un millón de jóvenes, pregunto yo, no lo sé? Los datos son los datos.
— ¿En televisión cabe la interioridad a la que aludía el Papa en su visita? ¿Aporta algo al mundo de la televisión esta interioridad? ¿La televisión puede reflejarla?
–Francesc Rosaura: Hombre, la televisión es quizá el más efímero de los medios, junto con la radio. Por tanto, siempre te cuestionas si se puede trasmitir, o se puede dar algo al espectador, que no sea superfluo… Yo creo que sí, la interioridad iría ligada con lo del testimonio que te comentaba antes. Si tú estás viendo la televisión y ves una persona que te interpela, te dice algo, esto a la vez hace que tú, en tu interior, reflexiones; te hace replantear las cosas. Si ves a una persona que está luchando al lado de los pobres, y que tiene una fe, pues tú te cuestionas… Nuestro programa lo que intenta es sacudir a la gente un poco, y que después de la sacudida la gente se pregunte: «bueno, esto que he visto, ¿para qué me sirve?». Que no sea sólo una distracción.
–Jesucristo y su Evangelio, ¿tienen algo que decir a los periodistas, católicos o no, de hoy?
–Francesc Rosaura: Yo creo que sí. Yo me atrevería a decir que Cristo hubiese sido periodista hoy en día. Él predicaba a las gentes y éstas le seguían. Seguramente que de haber contado con estos medios, Él los habría utilizado. Creo que desde la Iglesia debemos apostar más por estos medios. Son una herramienta de evangelización. Y el periodista católico sí tiene mucho que decir a los demás, al público y a los colegas sin el don de la fe. La presencia del periodista católico debe notarse más.