SANTIAGO DE CHILE, 13 julio 2003 (ZENIT.org).- Tratándose de una enfermedad que se transmite de persona a persona, no es posible separar el comportamiento de cada individuo del SIDA, advierte el sacerdote Fernando Chomali, miembro de la Pontificia Academia para la Vida, en un estudio que ha publicado recientemente.
Según lo anterior, «la prevención de infección VIH/SIDA está asociada directamente a la promoción de cambios de comportamientos de las personas» entre los que está involucrado «el modo de vivir su sexualidad».
«Aspectos científicos y éticos de la epidemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Hacia una propuesta auténticamente humana» es el título de la investigación en la que el padre Chomali Garib afronta la materia también desde un punto de vista legal y antropológico.
El sacerdote de la archidiócesis de Santiago es además miembro de la comisión de Bioética del episcopado Chileno y profesor de la Facultad de Medicina y Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
«No hay que olvidar que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, por lo cual debemos mirar y valorar el tesoro y la dignidad de cada ser humano, especialmente si está enfermo», subraya en su estudio.
El aspecto de la prevención mediante el cambio de comportamiento, advertencia especial del documento, se refuerza por los datos que recoge el estudio.
Las nuevas infecciones por el VIH en 2002 ascendieron a 5 millones de personas, de los cuales 4,2 millones son adultos (2 millones de mujeres). Dicho año se infectaron además, 800.000 niños menores de 15 años, de acuerdo con cifras proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por otra parte, se estima que las defunciones causadas por el SIDA en el año 2002 llegaron a las 3,1 millones, de los cuales 2,5 millones corresponden a adultos (1,2 millones de mujeres). El número de niños menores de 15 años que falleció por esta enfermedad fue de 610.000.
Asimismo, hasta la fecha, aproximadamente 14 millones de niños se han quedado huérfanos de padre o madre a causa del SIDA. Estas cifras permiten apreciar «que el SIDA es una pandemia que exige una profunda reflexión», observó el padre Chomali.
«Pero también es interesante –así como alarmante y doloroso– señalar que cada día se producen 14.000 nuevos casos de infección en el mundo, de los cuales más del 95% se encuentran en los países en vía de desarrollo. De estos 14.000 nuevos contagiados diarios, aproximadamente 2.000 son menores de 15 años; y de los 12.000 adultos (15-49 años), el 50% son mujeres».
Desglosando la categoría «adultos» por edades, se comprueba que más del 50% de los contagiados diarios tienen entre 15 y 24 años de edad.
Desde el punto de vista geográfico, de los 40 millones de infectados a nivel mundial, 28 millones se concentran en África, y 1,9 millones en América Latina y el Caribe.
«Es decir, ésta es una enfermedad que ha hecho estragos de modo especial entre los jóvenes y entre los estratos más pobres e indefensos de la sociedad», se lee en el estudio.
«La lógica que anima este documento es el respeto de todos los seres humanos, independientemente de su estado de salud, y el interés real de dar a conocer todos los aspectos de esta enfermedad en virtud del derecho de tener acceso a una información correcta», concluye el padre Chomali.
El estudio puede consultarse en la sección de Documentos de la página web de Zenit (http://www.zenit.org/spanish/archivo_documentos/).