LUANDA, 18 octubre 2001 (ZENIT.org).- La Iglesia católica en Angola ha denunciado el secuestro de 16 niños y de sus familiares cuando asistían a una celebración religiosa en la aldea de Kiluange, en la municipalidad de Golungo Alto (Kwanza Norte).
Según el obispado, los menores, con edades entre siete y catorce años, eran once niñas y cinco niños.
Asistían a un servicio ecuménico con sus familias cuando la iglesia fue atacada por un grupo de hombres armados que se llevaron a la mayor parte de los fieles con ellos. Hasta la fecha, la Iglesia católica no ha recibido noticias de su paradero.
UNICEF Angola y el coordinador humanitario de la Onu en Angola denunciaron duramente el 16 de octubre el secuestro, por violar los derechos fundamentales de la infancia, y han hecho «un llamamiento para su inmediata liberación».
Hechos semejantes se han producido en varias partes del país durante el prolongado conflicto que vive Angola. De la mayoría de estos niños no se ha vuelto a saber nada.
Según informa UNICEF, «la motivación de estos secuestros no está clara, pero los niños secuestrados en los países que tienen conflictos son a menudo usados por los grupos armados para transportar productos y munición, así como para cocinar y limpiar».
«En el peor de los casos –informa el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia–, los menores, especialmente las niñas podrían ser objeto de abusos sexuales. Así mismo existe el riesgo de que sean obligados a combatir o usados como escudos de defensa».
